En cuestión de horas la Policía Nacional dio con los presuntos implicados en el crimen del militar de Regulares de Ceuta, Dris Amar. No pudieron salvar su vida, aunque irrumpieran en el garaje del antiguo Poblado Legionario con rapidez. Sí lograron, tras permanecer insistentemente en el barrio rastreando callejuelas y dando con viviendas sospechosas, detener a tres de los posibles criminales de esa noche.
La indignación en el barrio y entre quienes conocían al fallecido es notoria, pero el hecho de haberse practicado detenciones inmediatas ayuda a calmar en parte una tensa situación que explotaba este lunes con los gritos de dolor constantes de “asesinos” efectuados en un Príncipe conmocionado y escenario de un operativo policial que duró más de 24 horas y que sigue hoy con más controles en el entorno.
En la calle se actúa, de hecho la Policía va a estar día tras día en el barrio con incursiones y presencia en los aledaños. Así hasta dar con dos de los individuos que están en busca y captura desde hace meses y que, saben, se esconden en la barriada hasta haberla convertido en su fortín.
En la noche del crimen la Policía llegó a entrar en más viviendas de las relacionadas con los detenidos, buscaban a los apodados ‘Laika’ y ‘Piolín’. Continuarán así hasta que los arresten para que respondan de procedimientos judiciales y acusaciones en su contra. En uno de los casos, amedrentar y encañonar con pistola a unos policías locales cuando perseguían al primero por su presunta relación en unos altercados en Los Rosales tras el crimen del adolescente Ibrahim.
Pero hay otra batalla importante: la que se produce más allá de las calles, en Instagram. La red social está acogiendo mensajes con múltiples amenazas que luego se hacen realidad. Una de ellas iba dirigida en concreto a un familiar del cabo de Regulares asesinado pero también a su propia familia. “No olvides a tu hermano, aunque no entre mucho sabemos de él”, se amenazó hace solo días. En la madrugada de este lunes lo mataron a balazos.
Hay más. En esa misma red se ha amenazado a personas de la barriada con nombre e incluso datos personales, ha ocurrido así recientemente con una familia que ha encontrado como respuesta tras esos mensajes el tiroteo de la casa donde vivían con ánimo de matarles. Sucedió en la calle Fuerte la semana pasada, teniendo como víctimas a una mujer y sus dos hijos que ahora están escondidos por miedo.
Esas amenazas se han convertido en hechos reales en las últimas semanas, con empleo de armas. Las mismas que busca la Policía y que sabe que están en la barriada, escondidas en algún punto que sirve de almacén pero cambiadas constantemente para no ser localizadas.
La máxima es dar con ellas y con quien presta la cobertura para su ocultación con ánimos de romper así una pata importante en esta quiebra de la tranquilidad. De igual manera, localizar a los implicados en los altercados que se están produciendo y que son los que disparan las estadísticas delincuenciales.
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