Un grupo de 42 Scouts llegó a Ceuta el pasado 17 de julio para participar en la acampada de verano. Vienen desde el Centro Scout Campello con base en Alicante y este verano han decidido viajar hasta la ciudad aceptando la invitación de Jesús Martín, jefe de Scouts en Ceuta.
Los chicos y chicas tienen entre 5 y 22 años, la mayoría pertenecen a la agrupación alicantina pero se han sumado varios scouts ceutíes. Esta es la primera vez que el campamento situado en la zona de Calamocarro recibe un grupo invitado. La razón, tal y como explica María, la coordinadora del grupo, se debe a “las particularidades de las comunicaciones” para viajar con niños desde Alicante. A pesar de ello, ha destacado estar “encantada con la ciudad y con la acogida de los scouts ceutíes”.
Los jóvenes que participan aprenden conocimientos sobre orientación, vegetación, animales, supervivencia… pero a su vez, entre juegos y convivencia, adquieren valores que van mucho más allá de reconocer los puntos cardinales. Según explica Lobo valeroso, nombre scout de uno de los coordinadores de Campello, “los scouts aprenden a trabajar en equipo, esto es muy importante para su futuro laboral”. Otro de los monitores, Halcón paridero -por su carácter bromista- añadió que el escultismo “es una fábrica de personas resolutivas”.
La filosofía de este movimiento se caracteriza por su amor a la naturaleza y los principios que identifican su particular saludo. Utilizando una sola mano, unen el dedo meñique y el pulgar, que simbolizan uno de sus lemas “el fuerte protege al débil”. Los otros tres dedos que quedan erguidos corresponden a las virtudes de lealtad, pureza y abnegación.
Las patrullas, como denominan a los grupos de jóvenes, son mixtas y se organizan por edades. “Todos hacemos los mismos trabajos”, contó Koala cansado, que argumentó que nunca había sentido ninguna distinción entre chicos y chicas. Hablaron del respeto que se les infunda y la importancia que sus instructores dan al compañerismo.
Permanecerán en el campamento hasta el 27 de julio, hasta el momento de marcharse realizarán actividades de todo tipo: paintball, juegos de ciudad (con pruebas de orientación en las zonas más turísticas), visita al centro de recuperación de aves… además de las tareas diarias del asentamiento. Todas las mañanas, tras el desayuno, reciben una pequeña charla por parte de los instructores antes de iniciar la actividad del día.
El campamento está compuesto por una zona de acampada donde están situadas las tiendas, varios aseos, cocina, almacén y unas duchas que acaban de ser instaladas. El de Ceuta todavía está en construcción, “costará tres o cuatro años que este centro tenga todas las instalaciones”, contó Idoia Orueta, Scouter de Ceuta. Ello no intimidó a los levantinos que, “como buenos scouters, nos vamos adaptando sobre la marcha”, manifestó María, la coordinadora del grupo de Campello, o como prefiere que se le cite, Nutria rebelde.
Por su parte, los chicos y chicas se muestran contentos, confiesan haberse encontrado con una “ciudad mucho más cuidada de lo que me esperaba” y con “gente muy amable y hospitalaria”, narró Delfín abnegable, una joven scout venezolana que lleva en el grupo alicantino varios años. También destacaron la variedad cultural de la ciudad y “lo limpio que está todo”, comentó Mapache escandaloso.