Un esqueleto de hormigón con plantas estructuradas que aventuran ya la forma del nuevo centro de salud del Tarajal, que espera estar finalizado a finales de 2021. Esto es lo que ya se aprecia a pie de terreno. Asegura Ingesa que las obras, presupuestadas en casi cinco millones de euros, marchan en plazo. Las mismas servirán para que se disponga de un nuevo centro de salud al que volverán las consultas que ahora se prestan en el Hospital Universitario.
En este lugar ha pasado de todo: la infraestructura anterior -viciada- convertía en imposible las prestaciones sanitarias, de ahí que se optó por la reforma completa y nueva construcción adjudicadas a la empresa Invesia Construcciones y Áridos del Estrecho para ampliar las prestaciones que puedan ofrecerse y de las que se benefician los residentes de las barriadas próximas -Príncipe y Loma Colmenar, preferentemente- que tienen el Tarajal como centro de referencia. Se quieren unificar dos áreas, dos edificios que estarán conectados entre sí para las distintas prestaciones sanitarias, siendo de hecho una de las obras consideradas esenciales por parte del Gobierno de España, lo que llevó a que no se viera afectada por el parón de los demás trabajos, al igual que sucedió con la actuación en la frontera del Tarajal.
Los edificios que formarán parte del futuro centro de salud tendrán tres plantas de altura, separando la parte destinada a las funciones administrativas de la operativa, de la relacionada básicamente con las atenciones a los distintos usuarios. En el último repaso que se ha dado al estado de la obra se ha concluido que no cabe hablar de retraso alguno por lo que se confía en que la entrega y finalización se pueda llevar a cabo a finales del próximo año.
Los trabajos marchan adecuados al proyecto aprobado para el nuevo centro
Atrás queda un auténtico rosario de disparates que impidieron que la actuación pudiera comenzar en el tiempo anunciado, viéndose marcada por retrasos de todo tipo hasta incluir incluso la suspensión de la adjudicación.
El centro de salud contará con un acceso principal por la planta tercera por el lindero norte –el célebre talud– y a nivel desde la playa de aparcamientos previstos en el Plan General de Ordenación Urbanística de Ceuta (PGOU).
Esto obliga también a situar en dicha planta las áreas administrativas, de profilaxis obstétrica y de extracciones. Los arquitectos han diferenciado el acceso principal del centro de salud (edificio de nueva construcción) del acceso rodado (edificio ya existente y reformado), ambos con entradas independientes.
La ampliación del número de consultas, pasando de 33 a 40, será también una realidad en un centro que atiende un volumen de pacientes significativo. Las obras invertirán el área de consultas y esperas situando estas últimas en la fachada sur del dispensario con vistas al mar. Las consultas de pediatría y odontología se situarán en la planta segunda, separadas del resto, y aprovechando la terraza existente como área de juegos infantiles.
En la planta baja, el proyecto contempla 38 plazas de aparcamiento (dos de discapacitados) así como todo el área de instalaciones y almacenes. El nuevo edifico se girará para situarlo paralelo al existente y los autores han proyectado un núcleo de comunicaciones verticales para evacuación y uso interno en la fachada Este del edificio.
¿Y las obras ilegales al rededor? De vergüenza
Made in Ceuta.
Un centro moderno que deba cumplir todas las prestaciones y las garantías que exige la ley mientras a su alrededor campan como setas las casas ilegales, callejuelas insalubres e inseguridad.
Será una gozada trabajar en el centro, los altercados y las faltas de respeto diarias de muchos usuarios harán las delicias de cualquier aspirante de la sanidad pública.