CCOO dice que Ingesa sigue despidiendo tras reducir la plantilla un 5% desde 2012

Supone 42 plazas menos entre ambas áreas. Alerta de que la institución empieza a finalizar los contratos por necesidades del servicio.

La Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO aseveró ayer que el “juego” de Ingesa con los 66 contratos anunciados por el director territorial, Fernando Pérez-Padilla, y Justo Ostalé, gerente, es “aún más perverso” que el del centro de salud del Tarajal en el que, tras “cuatro años de gestión, no han arreglado nada y a un mes de las elecciones pretende vendernos de nuevo su reforma”.
Las conclusiones del estudio sobre la evolución de la plantilla de Ingesa elaborado por CCOO apuntan a un “desmantelamiento” de la sanidad pública local que, pese a la “reticencia” a facilitar datos de esta administración (“actitud por otra parte lógica a la vista de lo que están haciendo”), ha tenido acceso a datos del propio Ingesa.
En términos absolutos –Primaria y Especializada–, el número de trabajadores ha descendido en los últimos cuatro años de 974 trabajadores en 2012; a 957 en 2013; 942 en 2014 y 932 en 2015. De tal forma que el decremento de plantilla en esta legislatura ha sido de 42 plazas, es decir, en estos cuatro años se ha perdido casi un cinco por ciento del total de las plazas, según los cálculos comisionistas. “Teniendo en cuenta esta sangría de plazas, las 28 interinidades que plantea ahora apenas si palían las plazas perdidas que son casi el doble”, valoró.
Una “pérdida” de personal que Ángel Lara, secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO, sostiene que “sigue” pese al anuncio de las 66 plazas presupuestadas porque Ingesa “está empezando a despedir a los trabajadores que están contratados por necesidades del servicio”.
Si se distingue entre Atención Primaria y Especializada, las cifras relativas a la primera área caen de 198 trabajadores en 2009; a 201 en 2010; 194 en 2011; 193 en 2012; 193 en 2013; 189 en 2014; y 182 en 2015. “Una reducción de plantilla que se da desde 2010, es decir, tanto con gobiernos del PSOE como del PP”, alertó Lara. Estos daños muestran, señaló este sindicato, que la evolución de la plantilla es “especialmente grave” al sufrir un “decremento acumulado” desde el pico de 2010 hasta 2015 de un total 19 plazas, con lo que habla de un pérdida del 10 por ciento de los trabajadores de centros de salud.
El efecto de esta pérdida queda “atenuado” por el recorte horario que la administración ha aplicado –cierre centros salud a las 17:00–. Sin embargo, sus “efectos” sobre la población y el “peso especifico” de Primaria “a medio plazo” quedarán “patentes” como, defendieron, demuestran los estudios que realizaron las sociedades científicas al efecto de los recortes horarios. El papel de Primaria es “esencial” en el sistema sanitario y CCOO puntualizó que no se potencia “ni recortando horarios ni disminuyendo plantilla año tras año”.
Nuevamente la gráfica es “demoledora” en Especializada. En cifras, serían 781 plazas en 2012; 764 plazas en 2013; 753 plazas en 2014 y 750 en 2015, de acuerdo con la información de la que esta representación de los trabajadores dispone. La caída total de plazas a nivel hospitalario es de 31 plazas. En este caso, apunta a una pérdida de un 4 por ciento del total de las plazas a lo largo de la última legislatura.
En cuanto a la demanda asistencial –población a atender–, la central contabilizó 78.674 en 2009; 80.579 en 2010; 82.376 en 2011; 84.018 en 2012; 84.180 en 2013 y 84.963 en 2014, es decir, que el avance “divergente” de población y número de profesionales que la atiende “hace empeorar aún más la situación y sobrecargar más a los profesionales”.
Un volumen de pacientes que, añadió CCOO, obvia la población de Tánger-Tetuán (2.600.000 personas) y que, dada la enorme diferencia de atención sanitaria entre ambos lados de la frontera, de una forma u otra parte “acaba recalando” en la sanidad local.
Los datos que Ingesa utiliza como referencia, afirmaron los comisionistas, son los del número de tarjetas sanitarias individuales. Al comparar los mismos, prosiguió, hallaron una “discrepancia” entre la población censada y el número de tarjetas sanitarias de casi 9.000 personas. “Ingesa no cuenta a estas personas al no tener tarjeta sanitaria individual, sin embargo, al estar censada, tiene derecho de facto a la atención sanitaria con lo que es una demanda adicional al sistema sanitario. Esto supone, a partir de sus estimaciones, un desfase de casi un 10 por ciento entre la población reconocida y la población real.
CCOO confía en que, “algún día”, Ingesa tenga directivos que antepongan la “importancia del servicio que prestan a su interés personal”.

“El cuarto centro de salud en Benítez lo propuso CCOO”

Las declaraciones de UGT y PSOE no pasaron desapercibidas para CCOO. El secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios reprochó a los socialistas que quieran apropiarse de una de las propuestas que presentó su sindicato cuando José Antonio Carracao era asesor del delegado del Gobierno y Juan Carlos Querol gerente de Atención Sanitaria de Ingesa. “El cuarto centro de salud en Benítez lo propuso CCOO; que lo hubiesen reivindicado cuando tenían responsabilidades en la Administración, no ahora”, criticó Ángel Lara. Asimismo, aconsejó a Querol que, para denunciar en los medios, “hay que aportar datos y él no lo ha hecho”.

“Absoluta ineficiencia” de 28 interinidades

CCOO hace un balance “oscuro” de la gestión de los directivos de Ingesa. Su análisis evidencia la “absoluta insuficiencia” de las 28 interinidades anunciadas ya que es una “recuperación parcial” de las plazas “perdidas” bajo su dirección, lo cual tachan de “cinismo”. Este sindicato califica la situación de “adelgazamiento” de la plantilla con “intentos de disimular la realidad” porque lo que se produce es un “recorte de personal en toda regla”. La pérdida de plazas “ha sido imparable” y estos nuevos contratos “apenas si palían una situación que ha mantenido a flote una plantilla bajo mínimos y un montón de compañeros con contratos eventuales sin estabilidad y la mayoría por necesidades de servicio”. Una figura contractual que Ingesa “está usando y abusando” con la que puede “de facto despedir cuando quiere al trabajador, le impide coger bajas y disfrutar de vacaciones y además facilita hacer juegos trileros también con la bolsa de trabajo”.