Casado ha venido hasta Ceuta aportando el espíritu de lealtad y colaboración hacia el Gobierno en estos momentos tan críticos para la ciudad, pero también para las relaciones bilaterales no solo entre España y Marruecos, sino entre la propia Europa y el país marroquí, lo que da idea del alcance y magnitud de lo ocurrido. Son momentos en los que se ha optado desde el Partido Popular por hacer una auténtica política de Estado basada en la estricta garantía de la soberanía nacional en todo nuestro territorio, lo que incluye la integridad de nuestras fronteras. Sin embargo, el líder del PP también ha dejado claro que la lealtad no exime de la necesidad de preguntar al Gobierno y la obligatoriedad que tiene este de responder.
Ha venido cuando las aguas están más calmadas y las ideas se sopesan y asientan de mejor manera, con la frialdad que aporta la distancia, exigiendo para las dos ciudades, Ceuta y Melilla, la necesidad imprescindible de un Plan Estratégico global que incluya una atención especial a su maltrecha economía, una escucha atenta a las demandas de sus empresarios, apostando incluso por transformar Ceuta en un área de libre comercio a fin de dotarla de un mayor atractivo para inversores e incluso la supresión de la excepción en ambos territorios del Tratado Schengen, además de abordar la política migratoria como un problema europeo, con la implicación de las instituciones a un nivel superior que el del propio país que tiene la frontera.
En su reunión con el nutrido grupo de empresarios ceutíes pertenecientes a los distintos sectores que conforman nuestra sufrida economía, se han sentido positivamente escuchados y receptivos a sus demandas y sugerencias respecto a esta situación que viven y que afecta no solo al colectivo empresarial, sino también a sus trabajadores. Ha sido, según muchas de las voces presentes, una reunión constructiva que promete la voluntariedad de encarrilar la crisis económica que atraviesa la ciudad desde el cierre intermitente de sus fronteras y la aparición de la pandemia. Es hora de reaccionar y apoyar de una forma definitiva la situación crítica que atraviesa la ciudad en muchos sentidos y recuperar la estabilidad social, económica y humana que se merecen Ceuta y los ceutíes.