La que pasará a la historia como la mayor tragedia ocurrida en el paso fronterizo ha dejado un reguero de valoraciones, imágenes y sucesos que dejan buena muestra de la ineficacia de un paso, el del Biutz, ideado por el gobierno del PSOE en 2005. Fue bajo el mandato de Jerónimo Nieto como delegado del Gobierno cuando se dio apertura al actual puente, terminando así con la famosa técnica del voleibol que había dejado a varios guardias civiles heridos y había provocado las críticas de comerciantes y fuerzas de seguridad.
Se dio la apertura del paso pensando que con el mismo iban a terminar las avalanchas que se producían primero en Benzú y luego en el Tarajal a través del muro que los propios guardias bautizaron como el de las lamentaciones, por la cantidad de bajas que provocó en el Cuerpo al ser alcanzados por la ristra de piedras que lanzaban los marroquíes desde el otro lado de la verja.
Con el Biutz operativo se sucedieron las avalanchas, las quejas policiales por la falta de efectivos ante un aumento inusitado de porteadores. Se llegó a contabilizar el paso de miles y miles de marroquíes: casi 10.000 en un entorno que sólo debía soportar 3.000. Heridos, presiones, quejas... hasta que al final llegó el fallecimiento de Bushra y Zhora. “Se pudo evitar”, decía un comerciante en la fase de instrucción. “La gente pasaba por encima de las fallecidas”, apuntaba otro. “Nada hacía prever lo que pasó”, señalaba un agente que momentos antes había vivido una jornada de cierta tranquilidad en el paso.
El hecho es que el suceso tuvo lugar y tras el mismo se ordenaron cambios policiales reduciéndose el número de porteadores y aumentando el de agentes. Los cambios políticos aún están en el aire. Mientras la senadora popular Luz Elena Sanín ha llevado una propuesta a la comisión de Exteriores -todavía debe ser objeto de debate- para ampliar el paso (propone un proyecto de 100.000 euros centrado en la construcción de otro puente), la Delegación espera todavía que Rabat dé el visto bueno a la reforma propuesta.