Derecho a la intimidad, protección de datos, bulos, mentiras, patrañas, violencia, anonimato, esconderse en la masa para no reconocer nada, negarlo todo, acusar, señalar al profesor, inculpar a quien sea para crear un caldo de cultivo lleno de fango, pútrido, fétido, irrespirable.
La presunción de inocencia es presunción de culpabilidad.
¿Y ahora qué? ¿ Cómo reaccionar ante la indefensión, ante la soledad, ante la insolidaridad del sistema que enseña sus fauces cuando alguien trama una historia para acabar contigo?
Tenemos cámaras en los pasillos del instituto, en los bares, en los cajeros automáticos, en las tiendas, en los grandes almacenes, en los hospitales, en las carreteras: cuando pagamos en una autopista, cuando entramos a un edificio de la administración.
Somos vistos por mil ojos, por alguien que te observa, te mira, sigue tus pasos, anda detrás de ti.
Todos pensaríamos que esto es un gran hermano que anula la libertad, que te controla, que sabrá todo lo que quiera saber porque sus ojos no descansarán nunca.
¿Y si damos la vuelta a la tortilla? ¿Y si las imágenes son testigos para que no se vulneren nuestros derechos? ¿Y si las grabaciones son usadas con la filosofía de protegernos unos a otros?
¿Qué pasaría si hubieran cámaras en las calles? ¿Dejarías la caca de tu perro? ¿Llenarías de basura los sitios públicos?¿Harías pintadas? ¿Destrozarías el mobiliario urbano?
El futbol ya utiliza el VAR ( árbitro asistente de video) Es el sistema implementado para proporcionar asistencia técnica a los árbitros sobre el césped, utilizando para ello las imágenes de cámaras de televisión.
¿Y registrar todo lo que pasa en un juicio? ¿Y si eres detenido y las imagenes protegerán tu seguridad?
En los institutos vendrían los padres y podrían saber cómo se comportan sus hijos, qué hacen, cómo interactúan, si son disruptivos, cómo el profesor se dirige a ellos...
Nada es bueno ni malo, depende del uso y de la intención; un cuchillo corta jamón pero puede ser usado para matar. ¿Llenar de videovigilancia nuestra vida pública?
Habitamos en una hipocresía dentro de otra hipocresía, como las muñecas rusas, las matriuskas.
¿Cambiaría todo para bien o para mal si se hiciera un uso ético, responsable y garantista de esas imágenes?
Pensar en los beneficios o en los perjuicios es una reflexión que debe hacer una sociedad enferma, en estado crítico, que necesita estar en la UCI 24 horas al día.
Es curioso que lo que creemos que nos condena termine por liberarnos.
Esa cámara debería estar interiorizada en nuestra conciencia. La conciencia se convertiría en una cámara que proyectará una película de cada uno de nosotros.
Cuando ya no tengamos que vigilar, el mundo habrá cambiado.
Aunque fuera por una semana no estaría mal este experimento sociológico en el ámbito docente.