Imad Zedira, argelino de 31 años, buscaba este pasado fin de semana el pase a Ceuta como otros tantos jóvenes que emplean para ello la temeraria ruta del espigón.
Su cuerpo quedó en el mar, enfundado en un traje de neopreno gris y agarrado a una cámara neumática.
Aymen, su amigo de 21 años y también argelino, le acompañó en buena parte del trayecto, estuvo a su lado y le rezó mientras su vida se iba apagando.
Ese pase que terminó en tragedia lo iniciaron juntos en la noche del sábado. El cuerpo de Imad se perdía en el mar horas después, mientras que Aymen lograba llegar hasta el Tarajal en donde fue asistido, en torno a las dos de la tarde, por el ERIE de Cruz Roja.
Ahora en el CETI rememora las horas que estuvo en el agua con su compatriota, a quien no dejó solo en ningún momento.
Asegura, en una conversación con este periódico, que Imad no pudo aguantar una ruta que se ha llevado ya a demasiados jóvenes. Su cuerpo quedó en el mar, en el lado marroquí aferrado a una especie de flotador, y ahora la familia de Imad pide ayuda para dar con él.
En el centro de estancia temporal de inmigrantes se encuentra Bachir, primo del desaparecido, quien se erige en portavoz de esta súplica.
Hacer público lo ocurrido es la única manera que encuentra para obtener la ayuda necesaria para que se busque el cuerpo del joven y calmar así el dolor de una familia rota.
Imad no llegó a Ceuta tras haber elegido la ruta del Tarajal para ese pase; piensan que el mar lo arrastró lejos por eso reclaman que se le busque en la zona sospechando que las corrientes lo hayan llevado hasta Alhucemas.
Están desesperados mientras pasan las horas desde la más que probable muerte del joven, a quien su amigo perdió de vista sobre las ocho de la mañana de este pasado domingo tras horas en un mar frío y complicado para ser dominado a brazadas.
En esos últimos momentos junto a Imad se le orientó en la shahada, la declaración de fe en un único Dios. Su recitación es uno de los cinco pilares del Islam. Aymen estuvo a su lado rezándole e informó de lo ocurrido al llegar al arenal español. Ahora junto a Bachir solo espera que su cuerpo sea encontrado.