Ángel de Dios,
cólmanos de esperanza.
Urde un milagro
y cura su llaga.
Ánfora divina,
el fulgor de sus ojos tiembla.
Ánfora humana,
su tenue luz se apaga.
En el Cortijo del Roble,
han abierto las ventanas,
porque un hombre,
yace muerto en su cama.
Vida indómita viviste.
¡Feliz quisiste ser!
Suspira el gorrión y
solloza la rana, al atardecer.
En el cementerio, las ánimas,
lloran siglos de lágrimas.
Sigilo en las nubes,
silencio en la masa…
Tu alma y el sol, saltan juntos la tapia.
¡Padre nuestro! ¡Cristo Señor!
Acoge a este buen hombre,
en tu Santísima Casa.