Toda ayuda es poca. Es el mensaje que llega día tras día en redes sociales por parte de los afectados de las poblaciones valencianas perjudicadas por el paso de la DANA. Los bomberos de Ceuta, tras ver la situación, se ofrecieron a ayudar y han pasado unas jornadas en la región. Este miércoles otra dotación parte a la zona cero para sustituir a sus compañeros y proseguir con las labores.
Son conocedores de las circunstancias que se ceban con la gente de a pie de este listado de pueblos colapsados por la fuerza del agua. Les llegan testimonios cercanos de este primer operativo que ahora se prepara para descansar tras cometer numerosas tareas.
Este nuevo grupo es el que va a hacerse cargo de retiradas de agua y de cumplir con las solicitudes de los vecinos. Aún queda mucho por hacer a pesar de que quienes les preceden han tratado de dejar la zona en una situación más favorable. “Están bastante cansados. Han parado hace unos 20 minutos. Han extraído todo el material para dejarlo lo mejor posible para el servicio de este jueves”, explica Miguel Ángel Ríos, jefe del SEIS, que se une a este equipo con la intención de estar presente junto a los altos mandos.
A sus espaldas, una nutrida cifra de profesionales viste su uniforme oscuro y revolotea en un vaivén; el bullicio propio de los preparativos de último momento. Escobas, agua y bolsas se entrevén entre los enseres que llevan en los vehículos. Colocan los mismos para la salida y dejan todo al punto antes de dejar atrás Ceuta.
Ríos asegura que hay faena de sobra. “Aquello ha sido un desastre. Lo califican en algunos sitios como si hubiera caído una bomba. Hay centros comerciales y muchas viviendas afectadas, sobre todo las plantas bajas. Incluso en las altas también se han llevado a cabo labores”, comenta.
Se han centrado en achicar agua en el sótano de garaje, donde han estado unos cuatro bomberos. El resto, ha atendido a las personas que requerían de ayuda “desde a rescatar un animal ya muerto, coger ropa, abrir puertas o acompañar a personas”.
A las seis de la mañana ya se encontrarán en la base de Alzira, desde donde se dirigirán a Aldaya, donde han estado este último turno los diez efectivos enviados. “Vamos a seguir en la misma zona. Por los medios que llevamos, es idónea para lo que se va a hacer”, incide.
A su vez, este desplazamiento servirá para atender alguna de la maquinaria usada, que ha sufrido averías tras horas de uso. “Después de cuatro días sin parar, las bombas y motobombas necesitan de un mantenimiento y una revisión. El potenciómetro también se ha estropeado y se está acelerando de forma manual”, especifica.
“La idea es que se haga una puesta a punto importante e ir valorando si en otra ocasión hace falta”, indica. Estarán “los cuatro días de la rotación. Van a estar como máximo uno y medio. Si fuera preciso estar más tiempo, porque el estropicio requiera de más, estarán más. Son voluntarios y no han puesto problema. Van dos mecánicos y dos conductores además del jefe de servicio”, apunta.
Ríos estará en el puesto de mando para aprender. “Sin estorbar, pero viendo e intentado saber cómo se gestiona una emergencia de estas características. He gestionado otras que ni mucho menos tienen que ver con esto”, expresa.
El nuevo relevo de bomberos pone rumbo a Valencia para ayudar y estar codo a codo con los afectados por el paso de la DANA.
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