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El senador por EH Bildu, Jon Iñarritu, propone que Marruecos permita su acceso
La oficina de asilo creada en la frontera del Tarajal ha terminado por convertirse en ese apéndice que está ahí, pero nadie sabe bien para que sirve. Si se extirpa, la vida continúa igual. El hecho de que desde su creación no haya recibido ni una sola petición de asilo choca con la realidad migratoria que se asoma a la frontera sur de Europa a diario. Sorprende a partidos políticos y asociaciones, a todos menos al Gobierno. Ayer el senador por EH Bildu, Jon Iñarritu, propuso que Marruecos permita el acceso a los subsaharianos hasta esa oficina, ya que en esto radica la clave de la nula efectividad, en que los inmigrantes no pueden acceder libremente hasta el Tarajal para pedir esta protección.
Iñarritu ha preguntado al ministro de Exteriores por las fronteras de Ceuta y Melilla, aludiendo al problema de la Frontera Sur de Europa.
Afirmó el senador vasco que ha habido muertos, heridos y expulsiones colectivas y sumarias. Contra estas expulsiones y para solucionar este “drama que se está viviendo en la Frontera Sur”, Iñarritu propone dos posibles soluciones: hablar con las autoridades marroquíes para que permitan el paso de las personas de origen subsahariano hasta el puesto fronterizo español, para poder acceder así a la oficina de asilo o que los consulados españoles en territorio marroquí, como propone CEAR, puedan tramitar “visados humanitarios”.
De momento ante las peticiones que en el mismo sentido han cursado oenegés, el Gobierno ha insistido en la misma línea: considera que tal y como está la oficina de asilo es efectiva y, segundo, puntualiza que lo que pueda suceder en el vecino país no compete a España y que cuando los inmigrantes cruzan buena parte de ellos no piden esa protección.
Las oenegés critican que los inmigrantes buscan saltar el vallado porque no les queda otra forma de poder llegar a Ceuta y solicitar esa protección.