El ciclo de conferencias y jornada de puertas abiertas al Abrigo y Cueva de Benzú culminó con una visita al yacimiento que se sitúa como el puente de la humanidad al viejo continente
En la última década, un nuevo yacimiento prehistórico es conocido en diferentes reuniones y publicaciones de carácter científico. Tiene la peculiaridad de estar situado en territorio español, a pesar de localizarse en el Norte de África. Sus estratos permiten recorrer 250.000 años de historia, evidenciando prácticas de caza, aprovechamiento de recursos marinos, ganadería, pero también prácticas funerarias. Hablamos del yacimiento del Abrigo y la Cueva de Benzú, que sitúa a la zona como el puente de la humanidad hacia Europa.
La Ciudad Autónoma ha vuelto a realizar una visita al yacimiento, en esta ocasión enmarcada dentro del ciclo de conferencias y puertas abiertas a la cueva de Benzú con la intención de divulgar entre la sociedad los resultados obtenidos por el grupo de investigadores de la Universidad de Cádiz. Las jornadas culminaron ayer con la visita al yacimiento arqueológico que estuvo dirigida por los profesores José Ramos, que ha codirigido las campañas la excavación, Salvador Domínguez, experto en Cristalografía, y Juan Jesús Duarte, que es arqueólogo municipal de Vejer de la Frontera. La intención de esta visita, explicaba Ramos, es la de divulgar estas investigaciones, que llegue a la ciudadanía los resultados de estos estudios que, a pesar de ser muy técnicos, gozan de un gran interés para el conocimiento social.
Por otra parte, Ramos quiso incidir en la gran importancia que rodea a la Cueva y Abrigo, pues su cronología data de un cuarto de millón de años hasta los 70.000, y además tiene una ocupación neolítica. “En ella se distinguen dos tipos de sociedades: cazadoras-recolectoras-pescadoras, en el abrigo, y sociedades agropecuarias que siguen siendo pescadoras, en la cueva”, explicaba el catedrático de la UCA. A ello añadía el interés que le dota la ubicación en la que se encuentra la zona en el norte de África frente a Gibraltar, un paso claro hacia Europa, que según Ramos, muestra “claramente” que el Estrecho era un lugar de comunicación y que, a su vez, tiene un interés histórico por la explotación de recursos marinos. “Es uno de los lugares con la cronología mediterránea más antigua por este tipo de sociedades”, declaraba.
Los avances en la excavación y estudio del Abrigo y Cueva de Benzú han datado a grupos humanos del Paleolítico Medio y Neolítico del Estrecho de Gibraltar. Grupos que con un descenso del nivel del mar y con solo 4 metros que separaban Benzú de Gibraltar decidieron cruzar esa costa, un hecho que supondría la llegada del hombre a Europa. Las investigaciones de la zona siguen en marcha y el grupo tiene centrado su nuevo foco en lo que se conoce como la cueva de Enrique, justo a la espalda de la cueva de Benzú, donde se cree que se hallaría el asentamiento humano.
Foco de atractivo turístico Por otra parte, el grupo dirigido por el profesor Ramos ha mantenido conversaciones con la Consejería para acondicionar el lugar, ya que se puede convertir en un gran foco de atractivo turístico. “El primer proyecto es generar un libro divulgativo para hacer el yacimiento más accesible a la ciudadanía”, explicaba Ramos. El experto detallaba que esa difusión es clave en los colegios e institutos para que las próximas generaciones puedan conocer la importancia histórica tan rica que tiene la ciudad en el contexto de la arqueología cuaternaria y el paleolítico.
Además, el catedrático encuentra en el yacimiento un lugar con gran “filón” para el turismo. “Hemos trasladado nuestra intención de hacerlo visitable. Sería cuestión de hacer una cueva turística como las que hay en la península, que con las medidas de seguridad adecuadas podría convertirse en un centro de enriquecimiento cultural para la ciudad con gran potencial para atraer turismo”, comentaba.