Como cada Miércoles Santo, el Caído y la Amargura cumplieron su estación de penitencia desde Villajovita hasta su recogida. La Virgen portó el bastón de mando del CNP.
Más allá de la tormenta del día anterior y de las modificaciones, acertadas a la postre, efectuadas por El Encuentro, el cielo vespertino lució limpio y brillante, casi como en tardes de primavera. Así, y bajo el manto de la emoción, la Hermandad de la Amargura realizó ayer su tradicional Estación de Penitencia de Miércoles Santo cumpliendo por tanto el sueño de cientos de fieles y seguidores de la cofradía.
Había apetito de disfrutar de la Amargura e incluso desde el mediodía, cuando se produjo el simbólico y bonito acto de entrega del bastón de mando del Cuerpo Nacional de Policía –a cargo de Daniel Salgado, Jefe Regional de Operaciones (JEROP)– para que la Amargura lo portara en su recorrido procesional, había ambiente cofrade casi en cada esquina: vecinos comentando detalles, jóvenes quedando para ver por la tarde, a las 19:00 horas, la salida, mujeres admirando “lo bonita que está” la Amargura.
Así, una multitud se dio cita en Villajovita, ya por la tarde, para admirar, por orden cronológico, primero a Nuestro Padre Jesús Caído y, segundo, a la Virgen Santísima de la Amargura de San Juan de Dios. Al instante de salir ambos, los acordes del himno nacional atronaron, mezclándose éstos con los aplausos de los asistentes y algún que otro llanto de emoción.
Fue la primera sintonía de la tarde; luego, en el trayecto de ida y también en el regreso, tanto la agrupación del Caído (Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Caído y Virgen de la Amargura de Ceuta), como la que acompañó a la Virgen, la Banda de Música Ciudad de Ceuta, continuaron deleitando el camino y protegiendo a los pasos. Todo ello, rodeado de un ambiente de devoción y, sobre todo, admiración. Admiración por la belleza de las imágenes, la pulcritud de los arreglos, la hermosura del caminar del Caído y la Amargura, bendita, por las calles de la ciudad.