Son jóvenes caballas, de todas las edades, tamaños, gustos y orígenes que tienen en común una cosa: su pasión por el
rap freestyle. Una convocatoria por redes sociales basta para juntar a un numeroso grupo en Fuente Caballos y batirse en duelo vocal. Estas son las batallas de gallos de Ceuta.
Este sábado se inscribieron unos 20 participantes en lo que es el segundo clasificatorio de la ‘Battle League Ceuta’, una competición que busca designar al mejor MC de la ciudad autónoma. El formato, de inscripción gratuita e ‘in situ’ en el lugar donde se realizan las batallas, permite que cualquier aficionado pueda probar suerte y demostrar su valía en los versos. La organización no discrimina a nadie ni por nivel, edad, sexo o procedencia, lo que es otro buen reflejo de la convivencia de Ceuta, en este caso, de los más jóvenes.
Este clasificatorio comenzó con una base compartida entre cinco participantes, rapeando por turnos siguiendo el compás de la melodía y eliminando al que peor ha rendido. Tras eso llegan los cara a cara, la versión más conocida de las batallas de gallos, en los que los freestylers tienen más tiempo para encadenar sus versos en un formato muy atractivo para el público. Aunque hay personas de la organización designadas como ‘jueces’ o árbitros’, es el clamor popular del público el que siempre acaba determinando quién sale victorioso y pasa a la siguiente ronda.
Las normas de la batalla son muy sencillas: respetar el tempo de la base, no agredir físicamente a los contrincantes, ayudar a recuperar el ritmo al que lo haya perdido y no ofenderse fuera de la batalla por los punchlines o insultos que se lancen durante el encuentro.
El contenido de los versos es totalmente libre, aunque para lograr mermar la moral del oponente acaban recurriendo a los temas más típicos: los insultos relacionados con las drogas, el sexo o la familia. Pese a todo, los jóvenes acaban dándose la mano y deseando que gane el mejor freestyler caballa.