Los frigoríficos y microondas de la residencia del Campus de Ceuta podrían ser retirados. Es una posibilidad y aún está por determinarse cuál es la decisión final. El planteamiento responde a la normativa del edificio, que prohíbe electrodomésticos.
Según las fuentes consultadas, la cafetería suple esta necesidad para los alumnos y estos se instalaron como medida provisional ante la falta de este servicio que a día de hoy está en marcha.
De hecho, tampoco es posible cocinar en su interior ya que, tal y como trasladan a El Faro, “es inviable” ya que “no está preparada para ello”. Asimismo, indican que la intención de esta propuesta es “aprovechar espacio” ya que las dos salas actuales fueron “cedidas” cuando estaban destinadas a ser habitaciones.
La recuperación del local ha llevado a estudiar la extracción de los mismos, una cuestión de la que los residentes no son del todo ajenos.
Reclamaciones
Los estudiantes que viven en la residencia del Campus de Ceuta plantaron cara y recogieron firmas para presentar una queja oficial. Pedían soluciones para las condiciones del edificio en el que pasan el curso académico. Cuentan que, cuando expusieron su reclamación acerca de la falta de espacio en el refrigerador, se les trasladó que tenían la cantina para comer.
A estas se suman incidencias con el wifi y, de nuevo, la activación de la alarma de forma espontánea, según traslada una de las alumnas, Fátima. Las persianas también son objeto de críticas ya que, tal y como informan, no funcionan correctamente. Ya se les ha respondido que estas serán reemplazadas.
El sistema de internet funciona a través de cableado. Algunos de ellos dan parte de que opera a un ritmo “muy lento” y otros directamente no pueden acceder al servicio al conectarlo directamente al portátil.
Sin embargo, hay quienes no pueden probar esta vía ya que está completamente sujeto. Fuentes consultadas informan que desde la semana pasada los técnicos realizan revisiones y cambios para resolver este tema. Respecto a la alarma, también esta ya fue revisada por operarios el pasado lunes.
Fátima considera que solo pide “lo que se debería de tener ya” y considera que es necesario hacer una revisión de las instalaciones en verano antes de la llegada de los estudiantes para detectar alguna falla. “¿De verdad que estas son las capacidades de la universidad?”, manifiesta.
Humedad y goteras en los dormitorios
Algunos de los problemas que reportaron, de los que ya dieron parte en enero, están relacionados con la aparición de goteras, el funcionamiento del aire acondicionado o la falta de espacio en el refrigerador compartido en zonas comunes. La humedad continúa haciendo de las suyas y, de hecho, esta joven en particular ha pedido que tanto la puerta de entrada al dormitorio como los rodapiés sean sustituidos al estar llena de manchas. La falta de ventilación es otra preocupación que hace estragos desde hace meses en los cuartos de los universitarios. El remedio que se ha adoptado en los últimos meses es sellar las calaraboyas para tratar de evitar que el agua se entre. Sin embargo, ello no impide que vuelvan a proliferar las temidas filtraciones.