Los millones gastados en la obra del
hospital de Loma Colmenar, en Ceuta, obviaron algo importante: atender las necesidades de personas con movilidad reducida. A fecha de hoy y tras años de operatividad del
clínico, los baños ubicados en la sala externa de
Urgencias no están adaptados a personas que tengan alguna
discapacidad o que sufran de una movilidad mermada. No es un mero detalle, es algo más porque supone el reflejo de la nula atención que se tiene hacia este colectivo. Una vecina de Ceuta lo ha sufrido en sus propias carnes y prepara ya la presentación de la oportuna queja. Acudió hace unos días con su madre, en silla de ruedas, a Urgencias. Tras estar esperando en la sala externa a que la pasaran para atenderla, su progenitora necesitó ir al baño. Imposible, en pleno siglo XXI y con una millonada de inversión en el hospital, se carece de este tipo de servicios.
Denuncia pública e indignación
No podía acceder a los existentes que, además, son pequeños y estrechos. No solo no hay acceso para personas con discapacidad, sino que tampoco existe una dotación de recambio por si en la espera se requiere de alguna atención básica de aseo. La denuncia pública de esta ciudadana, indignada por la situación vivida, pretende servir de toque de atención a
Ingesa para que se adopten medidas correctivas y se
disponga de los medios adecuados en una sala en la que los usuarios pueden permanecer horas hasta que pasan al interior del centro para su evaluación. ¿Por qué no hay este tipo de servicios? Nadie ha aportado una explicación convincente más allá de apuntar a que los hay en el interior y a que, si se produce algún tipo de emergencia, puede pedirse ayuda a los profesionales de seguridad para facilitar su entrada en Observación. ¿Antes nadie denunció esto? Es lo que le sorprende a esta afectada que no entiende cómo se puede incurrir en este tipo de situaciones tercermundistas.