Año 1969. Con la justificación de un cambio en el status de Gibraltar por parte del Reino Unido, el gobierno del dictador Franco, haciendo uso de su LEGÍTIMO DERECHO (no entro a valorar conceptos morales o humanos: No era su fuerte), decide cerrar la frontera de España con su ciudad vecina. La reacción de la Metrópoli no se hace esperar, e inmediatamente se crea un operativo que en 48 horas abastece a la Roca de los productos de primera necesidad, y se diseña una estrategia a largo plazo (hay quien dice que estuvo prevista desde siempre, a la vista de la clase de gobierno que tenía España) para contrarrestar los efectos de esa contingencia, hasta ese momento posible y ahora real. Franco (como buen dictador, nada se movía en España sin que él lo aprobara) tomó sus decisiones, pero se encontró con un país, Reino Unido, que no estaba dispuesto a dejar que a una parte de sus ciudadanos se les humillara.
Agosto de 2010. Marruecos, haciendo uso de su LEGÍTIMO DERECHO, decide suspender las exportaciones de determinados productos a la ciudad española de Melilla. Ante una concentración de exaltados que bloquean una ADUANA INTERNACIONAL, las generalmente expeditivas fuerzas de seguridad marroquíes optan por hacerse los suecos, y dejan que aquéllos decidan qué mercancías pasan y cuáles no. La realidad es que en Marruecos tampoco sucede nada sin autorización de “arriba”. Y, por tanto, hay que deducir que todo lo ocurrido ha sido, si no proyectado, desde luego sí autorizado por instancias superiores.
¿El motivo? Falsas acusaciones de racismo (a los peninsulares les puede impresionar; a los de por aquí no nos afecta pues ya se ha convertido en un clásico, por lo repetitivo y falso) en este caso contra unas agentes de policía, entre las que se encontraban…no pocas musulmanas. En España sabemos que nuestras fuerzas de seguridad, locales, autonómicas y del Estado, exceden en el trato educado y humano en sus actuaciones (a veces incluso resultan agredidos), y que solo responden con contundencia (muy medida) cuando perciben que la situación se puede ir de las manos. Conocemos a nuestras fuerzas del orden, y desde aquí también tienen nuestro apoyo, solidaridad y cariño. Por cierto: las ventanas y balcones de Melilla se han inundado de banderas españolas con lazos azules como desagravio a la campaña de insultos que están sufriendo nuestros policías desde el otro lado de la frontera. ¿Ceuta no tiene nada que decir?
De repente, ante la decisión de Marruecos de interrumpir el paso de determinadas mercancías hacia la ciudad española de Melilla, se abre la caja de los truenos, cuando lo que se espera de nuestro gobierno es que reaccione, no permitiendo que se humille a ciudadanos españoles por parte de un vecino que tiene mucho que agradecer a España. Y no precisamente negando una “crisis” sino enfrentándola, como hizo el Reino Unido, para minimizar y contrarrestar los efectos del cierre de la aduana. Solo falta que ahora nos digan que nuestras relaciones con Marruecos no están en crisis sino en una fase de “desaceleración”. ¿Nos suena?.
Alfonso Ussía, en uno de sus artículos, proponía que los buques de pasaje que cubren la línea con Melilla se destinaran al transporte de camiones con mercancía. Y que si eso suponía tener que dejar a los inmigrantes marroquíes en tierra temporalmente hasta que se solucionara el problema, que se hiciera. Quizás también se podía estudiar que, ya que Marruecos decide no vender productos a Melilla, (están en su derecho de vender o dejar de vender sus productos a quien les plazca), España podía decidir, en aplicación del mismo derecho, dejar de vender electricidad a ese país a través del cable submarino que cruza el Estrecho. A lo mejor habría que apretar “el botón” que interrumpe ese suministro. Temporalmente, claro está. Hasta que nos llevemos bien y Marruecos demuestre ser un vecino fiable y recupere el crédito perdido.
Y por cierto: ¿A alguien se le ha ocurrido pensar que en el paso fronterizo de Ceuta no existe Aduana? ¿Y que por tanto no pasan productos ni de primera necesidad ni de ninguna? ¿Y que esa es una decisión exclusiva de Marruecos? ¿Y que la embajada de Marruecos en Madrid lleva ocho meses sin embajador?.
Nuestro vecino nos vacila. Porque puede. Porque le dejamos. ¡¡¡EL BOTÓN!!!.