Este fin de semana se han examinado nuestros futuros universitarios y universitarias de lo que algunos conocimos con el nombre de selectividad. Supone un punto de inflexión en su trayectoria, puesto que en cuanto salgan los resultados tendrán que elegir carrera y encaminar así, sus proyectos futuros.
Pese a que nuestra ciudad encabece, por desgracia, los rankings de fracaso y absentismo escolar sin que el gobierno actúe eficazmente, es un orgullo y un soplo de esperanza encontrarte con esos chicos y chicas que te hablan y te escriben, con la ilusión por bandera, ahora que empiezan un nuevo camino.
Sin duda alguna, la formación es fundamental para lograr una sociedad mejor.
La formación, la cultura, el conocimiento hacen que la mente se expanda y se abra y permiten que no seamos fácilmente manipulables por quienes preferirían tener una sociedad sin formación para manejarla a su antojo.
Muchos de esos alumnos y alumnas, sufren en sus carnes las consecuencias de la pésima política educativa de los últimos años, la cual ha conseguido que algo tan básico como es una beca para las familias que las necesitan y que quieren que sus hijos e hijas se formen en igualdad de condiciones con quienes tienen más ingresos, están viendo que esas becas, han perdido su espíritu esencial de ser ayuda al estudio y que, como tal, debería ser percibida por el alumnado mientras se está estudiando para hacer frente a todos los gastos contraídos.
Todo lo contrario de lo que ocurre ahora, que las resoluciones de concesión de becas y ayudas llegan extremadamente tarde, lo que hace que no cumplan con la eficacia necesaria para cumplir con la garantía de la igualdad de oportunidades que debería ser el objetivo principal.
A quienes llevan ahora la gestión parece que eso les da todo igual.
Y así, lo mismo aducen problemas informáticos para justificar retrasos, como en el caso del área de educación de la ciudad que hasta hace apenas unos días coincidiendo casi con el final de curso no ha empezado a pagar las cuantías de las ayudas; que se amparan en criterios de austeridad y en la aplicación de recortes a nivel estatal para ocasionar graves agravios comparativos según formes parte de una familia acomodada o como en tantísimos casos, tu familia sea de clase media y tenga hasta que pedir prestado para ayudarte a afrontar los gastos.
El camino es duro, y creo que la mayoría de nuestra gente joven lo sabe, pero hay que recorrerlo y luchar por los objetivos. Y sin duda, estudiar para conseguir las cosas por méritos propios, con autodependencia, sin necesitar que nadie os “coloque” es la mejor de las recompensas que vais a tener en el futuro y que será garantía y sello de vuestras acciones y de vuestra forma de actuar desde la dependencia a la conciencia propia y no a intereses torticeros de terceros.