El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta dejó visto para sentencia el juicio seguido contra dos jóvenes de 25 y 27 años que fueron detenidos en julio del año pasado con 465 kilos de hachís ocultos en la embarcación de seis metros de eslora y motor de 150 caballos que ocupaban. Fiscalía pide prisión para los dos vecinos de Nerja (Málaga) al considerar que los hechos que se les imputan están suficientemente acreditados. No obstante hizo una diferenciación de las penas, ya que para el acusado A.C.E. solicitó que se le impusiera 4 años y 4 meses de cárcel mientras que para M.R.T. la pena se eleva a 5. La clave está en que el primero reconoció los hechos y colaboró inculpando además al otro detenido, mientras que el segundo negó su participación con explicaciones “lejos de una posible realidad”, detalló la representante del Ministerio Público.
A las penas de cárcel se suman dos peticiones de multa. Para A.C.E., el abono de dos cifradas en 750.000 euros cada una, a sustituir en cada caso por 3 días de privación de libertad de no poder abonarlas. En el caso de M.R.T. la petición es de 1’3 millones de euros, a sustituir por 180 días de privación de libertad por cada una de las multas.
Los hechos objeto de juicio tuvieron lugar a unas 15 millas de la costa, en pleno canal del Estrecho, cuando el Servicio Marítimo de la Guardia Civil recibió alerta de la central COS de la presencia de una embarcación sospechosa que había partido de Marruecos en dirección hacia Málaga. Cuando la patrullera llegó hasta los jóvenes, estos detuvieron su marcha y respondieron con excusas irracionales sobre qué estaban haciendo y de dónde habían partido. Una suerte de indicios hizo sospechar a la Benemérita de que se estaba ante un pase de drogas: llevaban cañas y una cesta con pescado de roqueo no apto para cogerse con ese tipo de artes; había pintura fresca sobre la parte que había sido manipulada y portaban varias petacas con combustible. Los agentes optaron por trasladar la embarcación al puerto deportivo en donde los jóvenes, antes de avisarse al Servicio Cinológico para ‘pasar’ el perro, confesaron que ocultaban droga. Se hallaron decenas de placas que al peso alcanzaron 465 kilos de hachís.
El acusado A.C.E. confesó que se había puesto de acuerdo con el otro para ir de Nerja a Marruecos en donde cargarían el hachís para después emprender rumbo a Málaga, por ello cobrarían una cantidad de dinero que no especificó. La droga, dijo, fue introducida bajo la consola de la embarcación.
El otro acusado, M.R.T. quien además era el titular de la embarcación, negó que supiera algo de la droga, dando a entender que había sido escondida por su amigo. Fiscalía no creyó su versión, apuntando en su informe que era imposible imaginar que tal cantidad de hachís se hubiera ocultado en solitario amén de que debía existir una connivencia entre ambos para la posterior descarga una vez llegaran a Málaga. El empleo de una embarcación se presentó como agravante y adelantó su oposición a una posible suspensión de condena.
La Defensa de A.C.E se conformó con la petición de Fiscalía, no así la de M.R.T. que denunció la vulneración del derecho a la comunicación y secreto de las actuaciones lo que habría causado indefensión a su cliente al haberse producido una falta de la tutela judicial al haberse practicado pruebas durante la fase de secreto de sumario. También pidió la impugnación del informe del análisis de la droga al no especificarse ni los métodos seguidos ni hacerse conforme a derecho.