La crisis mundial sanitaria por el coronavirus ha dejado muchas historias de contratiempos a los que las drásticas medidas que tanto España como Marruecos han tomado en las últimas fechas. Nuestro país ya está en estado de alerta, habiendo limitado movimientos, pero el vecino país, hace unos días, se adelantó a cualquier medida y decretó el cierre de las conexiones con España, ya fuera por su frontera terrestre (Ceuta y Melilla), por mar (Tánger-Med con Tarifa) o por aire.
Rafael es un sevillano que decidió que en estas fechas Marruecos era un buen destino para pasar unos días agradables en familia. Junto a su mujer y sus dos hijos, de 8 y 14 años, cogieron un vuelo hasta Marrakech, ciudad a la que llegaron el jueves con ganas de conocer una de las principales ciudades del país. Sin embargo, nada más bajarse del avión pudieron comprobar que las cosas habían cambiado y que Marruecos había decretado la suspensión de comunicaciones con España.
Eso les ha llevado a una situación prácticamente desesperante, intentando idear varias alternativas. Al no haber manera de conexión desde allí con España, decidieron optar por Portugal. Volar desde Marrakech, donde estaban, a Casablanca y desde esta ciudad a Lisboa, para después en la capital portuguesa coger un coche de alquiler y llegar a Sevilla. Sin embargo, las desgracias nunca vienen solas y Marruecos amplió su cierre de conexiones aéreas a Portugal, así como también a Francia, Bélgica y Alemania.
De esta forma, esta pareja de españoles, junto a sus hijos, se quedaron 'tirados' en Marrakech, con el horizonte muy preocupante. Rafael, en conversación con este periódico, reconoce que "he sido imprudente" pero también destaca que cuando viajó no estaba aún el mensaje de "no salgáis de casa, la cosa no estaba tan mal y en ese momento las cosas no se veían tan mal".
Aseguran estar ahora "muy nerviosos" y "arrepintiéndonos muchos de haber venido", aunque intentan guardar la tranquilidad, especialmente por los menores, que eso sí, "se lo han pasado muy bien y no han notado mucho el drama", destaca Rafael.
Cuando él y su familia conocieron que la frontera de Ceuta estará abierta para españoles que se quedaron 'atrapados' en Marruecos, como es su caso, Rafael ya planeó otra alternativa, que pasa por nuestra ciudad para llegar finalmente a Sevilla. Si todo va bien, cogerán un tren hasta Tánger, y una vez allí llegarán a Ceuta en taxi. Esperan no tener problemas en la frontera, aunque los testimonios de aquellos que han ido pasando estos días indican que no la hay, siempre que se demuestre, con pasaporte en mano, la nacionalidad española.
Rafael cuenta que junto a él había otros españoles y que la tranquilidad reinaba, si bien podría haber algún momento de nerviosismo porque "la sola idea de enfermar en un país con una sanidad tan caótica da un poco de respeto".
Si todo va bien, en las próximas horas Rafael llegará a Ceuta y regresará de un viaje que como él mismo reconoce, "fue un error" haber hecho.
Yo fuí una de las personas que se quedó tirada en Marruecos, tuve que recorrerme una barbaridad de km para llegar a Ceuta, y en Ceuta coger una ferry que no si quiera sabíamos si íbamos a poder coger.
Nadie nos a informado de nada, a penas a salido por las noticias, y el consulado y la embajada se limpian las manos, no nos indemnizan de ninguna manera ni nos dan explicaciones, esto no puede quedar así.
Nadie se quedó tirado en Marruecos, hay gente y son muchos los que se encontraban muy lejos de Ceuta como por ejemplo los turistas españoles que estuvieron en Marrakech, es cierto que hay muchos kilómetros de Marrakech a Ceuta, pero mucha que vivió la misma situación, consiguió llegar a Ceuta y volver a casa, pero nadie se quejó de los consulados ni de la embajada de España en Rabat, por cierto, la embajada fue quien les informó de que las autoridades marroquíes facilitaba a los españoles cruzar la frontera para acceder a Ceuta, y no tuvieron ningun problema, todos llegaron a la frontera de Marruecos, todos cruzaron y accedieron a Ceuta, todos cogieron el barco, todos llegaron a sus casas y todos se encuentran entre sus familiares.