Somos ciudadanos en un estado democrático y de derecho. Cada uno de nosotros debemos asumir responsabilidades y estar donde tenemos que estar según nos toque en un momento determinado y aceptar las funciones asignadas; es una obligación ética y legal que no puede ser burlada utilizando las pícaras estrategias a las que ya vamos acostumbrándonos.
Si has sido designado para formar parte en un tribunal de oposiciones y matriculas a tu pareja, hijo, hermano, abuela, novia o pareja de hecho para ser excluido, debes entender que será otro compañero el que tendrá que hacer tu trabajo porque has decidido que no te da la gana tomar decisiones incómodas a la hora de evaluar a los opositores.
Si el sorteo para ser miembro de una mesa electoral te obliga legalmente a velar para que la jornada electoral tenga efecto, no puedes buscarte a un médico amiguete para presentar una baja; tus funciones tendrán que ser realizadas por el primero que llegue al colegio electoral.
Si eres designado por el Ministerio de Justicia y presentas cualquier triquimaña para liberarte, estarás haciendo dejación de funciones y, si hacemos lo mismo cada hijo de vecino, la justicia no emanará del pueblo.
Si nadie quiere asumir cargos directivos en un instituto o colegio por H o por B, el instituto o colegio cerrará sus puertas si cada docente se opone a ocupar esa responsabilidad.
Si exiges que todo vaya bien en la comunidad de vecinos y no te da la gana ser presidente, la comunidad de vecinos se irá al carajo pues cada uno de los propietarios desean lo mismo. Y si la ley de la propiedad te obliga a ello por turno y pasa del tema, tu comunidad será abandonada por la desidia y la indiferencia.
Si no pagas impuestos porque tus ingresos no están controlados por el fisco, cuando utilices la sanidad pública, la escuela pública, y pidas tu pensión que te pagamos los demás, demostrarás que eres un parásito con un morro que te lo pisas.
Si optas por una casa de Protección Oficial y haces negocio con ella, verás que muchísima gente no dispone de vivienda gracias a personas como tú que no tiene un ápice de vergüenza aunque amases una fortuna.
Si pides una incapacidad laboral porque al facultativo de turno le importa un carajo que sea cierto o no, el facultativo y tú sois ladrones y saqueadores de un país que se llena de deudas por tus mentiras y artimañas.
Si dejas la mierda de tu perro en la calle, dirás que el servicio de limpieza es un asco y el ayuntamiento no se preocupa por el tema.
Si ves un accidente y no te paras a socorrer a los afectados, lo mismo te llegará el carma y te pegará la bofetada que tú diste.
Si atropellas a alguien y te das a la fuga, piensa cómo reaccionarías si lo sufres tú o un familiar.
Si llenas las paredes de las calles con grafittis, me iría a tu hogar y haría lo mismo que tú has hecho contra los barrios, puertas de comercios, edificios historicos o lo que te salga de los testículos o ovarios.
Si yo dejo de escribir el CAÑONAZO, algunas personas que lo leen diariamente no lo comentarían y los lectores no tendrían la posibilidad de morirse de risa o de pena por mis ácidos o irónicos de mis escritos.
Así hemos acuñado el refrán “que trabaje rita” y este estado democrático y de derecho que nos hemos dado se hará en pedazos más pronto que tarde.