El alcalde que sueña con la economía verde, azul e inteligente lleva años arrastrando una asignatura pendiente: la construcción de un albergue social.
Las consecuencias las vemos a diario, personas con una vida rota que terminan durmiendo en la calle entre cartones.
Evitamos mirarlos porque en el fondo sabemos que esa fractura social tiene una responsabilidad compartida. Nuestra nula capacidad reivindicativa y esa protesta inexistente hacen que normalicemos los fracasos de otros.
Mañana podemos ser uno de nosotros los que estemos ahí, durmiendo entre cartones. Solo tiene que suceder algo tan sencillo como que nuestra vida se rompa, que ese ‘puntito’ que todos tenemos quiebre nuestra salud mental hasta convertir nuestra vida en un caos continuo que termina en la calle. No crean que es tan difícil terminar así, sin alguien que te quiera, sin trabajo, sin control, en la calle. La suerte separa esa línea demasiado frágil.
Ceuta licitará la compra de un edificio para albergar a personas sin hogar. La mala gestión política hizo que perdiéramos los proyectos que ya teníamos. El olvido de una clase gobernante que se mira demasiado el ombligo ha ido aparcando esa necesidad social cada vez mayor.
Una sociedad fracasa en el momento en el que carece de medios para atender a los que nada tienen. Si somos incapaces de ofrecerles una solución, qué nos queda. Soñar con la economía del futuro cuando hemos sido incapaces de arreglar el presente no solo es un ejercicio de hipocresía política, sino que es un auténtico insulto.
No sé qué habrá de cierto en ese anuncio, si tendremos más pronto que tarde ese albergue, si funcionará para que realmente nadie tenga que dormir en la calle, si dispondrá de una maquinaria adecuada para que opere de forma ágil para que podamos estar un poco más orgullosos de nuestra sociedad y de nosotros mismos. Tiempo.
Esperemos que no sea otro más de los tantos pegotes que se monta Juan Vivas para engañarnos y seguir en el sillón, porque más o menos hasta ahora poco o nada ha hecho por los más necesitados. Lo que sabe hacer muy bien es dedicarse a los suyos.