Inmigrantes subsaharianos y
marroquíes han entrado a la carrera por el perímetro fronterizo, mientras otros tantos lo hacían por la playa. En la valla, en esa
Frontera Sur donde Marruecos colocó concertinas y en donde ejerce su papel de guardián, se han producido
escenas de colaboración de agentes marroquíes para que todas estas personas pudieran entrar en Ceuta. En las imágenes grabadas por FaroTV se aprecia, con total descaro, cómo los agentes destinados en la valla facilitan a marroquíes y subsaharianos que pasen a la ciudad, les animan a ello, produciéndose una absoluta falta de control. Así que los gestos que ya se conocían a pie de playa se han repetido en el perímetro. Esto ha facilitado que el descontrol y el caos se haya adueñado también del vallado. A la carrera ni se sabe el número de inmigrantes que han podido pasar. La situación ha sido bochornosa produciéndose una auténtica dejación de funciones en el mismo día en el que España ha aprobado inyectar con otros 30 millones de euros a Marruecos precisamente para frenar esa inmigración.
Y en la playa la situación era más delicada. Hasta el arenal llegaban subsaharianos en muy mal estado, que quedaban tendidos, exhaustos, requiriendo la atención de los sanitarios y de los voluntarios de la entidad humanitaria. Pero allí echaba mano la Cruz Roja, los policías, los guardias civiles y los militares, que se topaban con escenas críticas de aquellos que arriesgaban sus vidas con tal de pasar mientras Marruecos no hace nada.
En el arenal quedaban estos jóvenes, pero también mujeres marroquíes derrotadas, sin fuerzas después de cruzar el espigón del Tarajal, dejando atrás a otras miles de personas pretendiendo hacer lo mismo. Todos los que estaban en la playa han sido testigos de situaciones nunca antes vistas, han sido testigos de situaciones extremas. En el mismo escenario de las entradas han tenido lugar devoluciones continuadas. Entran, se devuelven, y así toda la jornada.