No es la primera vez que un piloto sin escrúpulos lanza al mar a los ocupantes de una embarcación sin importarle si van a morir o no, despreciando sin pudor la vida de unos pobres hombres. Esta vez ha sido desde una lancha amarilla, pero antes los arrojaron desde pateras, motos acuáticas o los abandonó el motor humano que les acompañaba. Las aguas de Ceuta no paran de arrojar cuerpos a nuestras playas. Vidas truncadas por el arrojo, la insensatez y la desesperación de muchas personas, pero otras muchas, por la maldad y el desprecio a la vida de unos asesinos desalmados que sólo buscan ganar dinero. Maldito dinero.
Esta semana apareció el cuerpo sin vida de Mohamed, pero faltan cuatro personas más que, con casi toda seguridad, han tenido el mismo destino; otras cuatro salvaron la vida gracias a Mohad Abdeselam, que se jugó la suya para salvarlos. Vivir o morir a veces depende de la suerte y, estas cuatro personas se encontraron con ella. ¡Qué cosas tiene la vida! en un mismo día, lidiaron con lo más ruín y despreciable del hombre y, minutos después, tropezaron con lo mejor, con la humanidad, la valentía y la generosidad. Por cierto, no he visto publicado ningún tipo de agradecimiento de nuestras autoridades hacia Mohad.
Ahora toca detener a los responsables de la barbarie, de lanzarlos a la muerte segura, de despreciar la vida de nueve personas con el único fin de ganar dinero. Una identificación que no será muy dificultosa, porque los ocupantes conocían al piloto y su acompañante y, por tanto, la identificación debe estar asegurada.
Todo parece muy sencillo, porque después de la identificación, sólo queda detener a los indeseables. Sin embargo, me temo, nos tememos, que la detención puede ser más complicada de lo que parece, porque si se refugian en Marruecos es poco probable que respondan en España por la vida de Mohamed y por el destino que les ha podido deparar a sus compañeros de viaje.
"No he visto publicado ningún tipo de agradecimiento de nuestras autoridades hacia Mohad"
Sin embargo, queda una esperanza, porque el viernes se efectuó el primer pase piloto de mercancías por la Aduana del Tarajal. Ya tenemos aduana comercial gracias a las buenas relaciones entre ambos países. Unas buenas relaciones que deben servir para una mejor cooperación, no sólo en lo comercial, también en un mayor auxilio en seguridad ciudadana. Pero, sobre todo, debe servir para que los asesinos, los delincuentes que desprecian la vida de las personas no puedan buscar protección a un lado u otro de la frontera.
Unas buenas relaciones que deben aprovecharse para que los jueces puedan concluir la investigación del asesinato de Juan de la Peña, el conocido empresario de la peluquería que fue hallado muerto el 6 de octubre de 2014. Debe servir para investigar la muerte de Vanesa Martín, vecina de Juan XIII, hallada muerta el 6 de febrero de 2019, cuya familia manifestó haberla visto con ciudadanos del vecino país. Debe servir para investigar y poner a disposición judicial a los que arrojaron al mar a Mohamed y a sus amigos. Debe servir para que los responsables de acabar con la vida de personas inocentes respondan ante la justicia a ambos lados de la frontera.
Que las víctimas no caigan en el olvido.