Algo más de mil kilómetros separan Ceuta de Argelia. Algo más de mil kilómetros que son incapaces de romper esa línea invisible de sentimientos que solo el
fútbol es capaz de movilizar. Porque en la noche del viernes cuando el tempranero gol de Bounedjah dio la victoria a Argelia sobre Senegal en la Copa de África, decenas de argelinos corearon el acertado camino de la pelota hacia la portería en Ceuta como miles de ellos lo hicieron en Egipto, la tierra de los faraones.
En el CETI del Jaral se vivieron otras emociones más allá de las que jalonan la vida de los inmigrantes bloqueados en nuestra ciudad, cuyo tránsito está bendecido por sentencias judiciales que, incongruentemente, no se aplican en Ceuta, la tierra del limbo jurídico y de las decisiones propias de virreyes. En el CETI anoche se olvidaron los malos momentos y solo se compartió el sentimiento de la victoria. No podía celebrarlo con más que los gritos y los abrazos. Argelia, convertida en la reina del fútbol de África, es la campeona. El partido fue visto en muchos hogares argelinos pero también en Ceuta, ya que buena parte de los inmigrantes de este colectivo, que ahora es mayoría en el centro del Jaral, acudieron a una cafetería a ver el partido. De regreso, contentos y celebrando la victoria, fueron ‘escoltados’ por unidades de la
Policía Nacional: UIP y zetas, sin que se produjera incidencia alguna. Fue una decisión policial al verse a gran cantidad de argelinos juntos, de noche, camino del CETI. Hubo también quien al verlos se alarmó, pero no era más que la expresión de la victoria conseguida 29 años después.
El gol de Bounedjah, considerado en las crónicas especializadas de fútbol como uno de los más rápidos del torneo, hundió a Senegal con un 0-1 que ha conseguido que, al menos, en Ceuta los argelinos se unieran en el sentimiento de la victoria. El fútbol consigue estas cosas. Siempre.