Un versículo coránico leído por uno de los protagonistas del acto, Ahmed Liazid, hacía reflexionar a los asistentes sobre el verdadero sentido de la convivencia para el profeta: “Se han creado pueblos y tribus para que os conozcáis y sepáis que nadie es digno de la piedad de Dios:
sólo los que demuestran día a día que obran para el bien de todos”. Agradecido, recogió una placa con la que Poblado de Regulares, barriada anfitriona este año del acto simbólico del fin del Ramadán organizado por la FPAV, le agradecía todas sus enseñanzas. También hubo agradecimiento para Laarbi Maateis por su ayuda desinteresada a través de la UCIDCE, para Mohamed Chaib, Gregorio García Castañeda, José Ramos, Francisco Antonio González, Juan Vivas, el imán de la mezquita de Claudio Vázquez y el coronel jefe de Regulares José Faura que se llevó uno de los aplausos más emotivos. Y tranquilo, sentado en una silla observando cada movimiento, Ayad Mohamed, el último de los Regulares de entonces que queda en la barriada y que se llevó una placa como premio a su trabajo por la convivencia. Una palabra, que no pasó desapercibida para nadie anoche bajo una carpa que reunió a representantes del gobierno local y estatal, a entidades religiosas como UCIDCE y Luna Blanca en un discreto segundo plano y a muchos vecinos, también llegados de Príncipe Alfonso o Pasaje Recreo. Felicitaciones de Vivas a un presidente de barriada que lucha por sus vecinos y palabras de ánimo también porque “saldremos adelante a pesar del paro y porque aquí no sobra nadie porque todos somos necesarios. Si sobra alguien, son los intolerantes y tenemos que sentirnos orgullosos del respeto, al concordia y el afecto que representamos”, apuntó Vivas con el presidente de la comunidad hebrea a su lado y los representantes de la comunidad musulmana a los que se deseó paz, salud y bienestar.