Los sindicatos han decidido hacerle el cero al consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, de manera especial la Unión General de Trabajadores. Ahora, resulta que le piden la convocatoria de una Junta Local de Seguridad para abordar el asunto de los apedreamientos a los integrantes del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), cuando fue él mismo político el que hace casi dos semanas convocó una reunión en la que participaron los mandos del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local para reactivar, de manera clara, el protocolo que existe para darle protección a los miembros del Cuerpo de Bomberos. Se le pide, por otro lado, la dimisión, por unas declaraciones que no dejan de ser anecdóticas y poco esclarecedoras, pero, sin embargo, algunos se han rasgado las vestiduras como sepulcros blanqueados que dicen defienden el interés de unos profesionales, de los que se han olvidado absolutamente durante las vacaciones de Navidad. Están queriendo poner al consejero de Gobernación contra las cuerdas. Todos sabemos que detrás hay otros intereses que muchos conocen y que a algunos han advertido ya. El consejero no va a presentar la dimisión y tampoco el presidente Vivas se va a desprender de él. Aquí parece que nos olvidamos que las competencias en materia de seguridad ciudadana son del Cuerpo Nacional de Policía y que a ellos les corresponde no solamente dar cobertura, sino también procurar la detención de esos menores, aunque luego no sirva para nada. La Policía Local, como cuerpo auxiliar, apoya, aunque ahora por esa falta de efectivos estén comiéndose muchas de las competencias de los otros.