La asociación organizó un circuito sensorial para experimentar las limitaciones de este colectivo y una paella solidaria.
La Asociación de Familias de Personas Sordociegas con Discapacidades Sensoriales y/o graves carencias de Comunicación de Ceuta (Apascide) celebró ayer una jornada de sensibilización en el parque urbano Juan Carlos I. Allí realizaron un circuito sensorial con el objetivo de sensibilizar a la población de las dificultades que se encuentran las personas sordociegas al moverse por la ciudad. Subir y bajar escalones o cruzar un paso de peatones pueden ser acciones sencillas, pero no para las personas con esta discapacidad.
La presidenta de Apascide, Mª Carmen Rosino, reconoce que la sociedad está sensibilizada con la discapacidad en general, pero realmente no sabe exactamente qué siente y cómo se desenvuelve una persona sordociega en Ceuta. Es por ello que el circuito sensorial preparado por los miembros de la asociación permite a los ciudadanos sentir en primera persona esas limitaciones.
Todo ello sin dejar de lado la parte lúdica de la jornada. El circuito finalizó con unas prácticas de fútbol adaptado para ciegos. La prueba consistió en tirar y parar un penalti, pero sin ver dónde está el balón ni la portería.
Además, la jornada se celebró en colaboración con la ONCE. El bastón es una de las herramientas fundamentales para que las personas con discapacidad visual se relacionen con el entorno. Sebastián Herrera, técnico de Rehabilitación de la ONCE, presentó a El Faro el nuevo bastón que se ha diseñado y aprobado recientemente para identificar a las personas sordociegas. Habitualmente el bastón es de color blanco, pero para las personas que son sordociegas sus bastones serán bicolores, rojo y blanco. Así, cuando caminen por la calle los ciudadanos podrán saber que no solamente son discapacitados visuales sino también auditivos.
Para finalizar la mañana, Apascide organizó una paella solidaria con el objetivo de recaudar fondos que les permitan realizar las actividades de verano. En éstas, los usuarios de Apascide, algo más de medio centenar, pueden poner en práctica todo lo aprendido durante el año en los talleres que la asociación realiza. En verano, explica Rosino, realizan actividades más lúdicas, como montar en kayak en la playa.
La mayor parte de los fondos de Apascide proceden de la ayuda de la Consejería de Bienestar Social, pero en verano son los fondos propios y la solidaridad de los ceutíes lo que facilita la realización de actividades no solamente para los usuarios sino también para sus familias.