El pasado miércoles, Ceuta se despertaba con la noticia de que se había llevado a cabo, por parte del Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos (Cecam), la liberación de un tiburón ballena en las aguas de la ciudad. Este se trata del pez más grande del mundo y no había constancia de un avistamiento como este en el Mediterráneo.
En este sentido, el director del Museo del Mar de Ceuta, Óscar Ocaña, felicita a los miembros de Cecam por su avistamiento y liberación del ejemplar y comenta que se trata de una especie que es más frecuente en aguas más cálidas, pero existen varias explicaciones para que este hecho pudiera suceder en nuestras costas.
Apoyándose en el proyecto MIMAR, de monitoreo de los ecosistema marinos en la macaronesia (norte de África, Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde), indica que en Cabo Verde es frecuente verlo en verano, “donde los usan los pescadores para descubrir bancos de listado”.
Además, añade que se trata de un animal que se mueve por las aguas superficiales buscando aglomeraciones de plancton y peces de pequeño tamaño y que las aguas de Ceuta son de las más productivas del mar Mediterráneo en este sentido.
Buscando zonas nuevas de alimentación
Por otra parte, tampoco descarta que este ejemplar estuviera “buscando zonas nuevas de alimentación o incluso recuperando zonas antiguas de tránsito y migración”, ya que declara que esta se trata de una de las especies más antiguas de peces que hay y posiblemente habitara en el mar de Tetis, “del cual deriva el mar Mediterráneo”.
Ante esto, Ocaña habla de que también es posible que estas migraciones novedosas se deban al cambio global y por lo tanto a la sobreexplotación de los caladeros de pesca por parte del ser humano, “obligando al tiburón ballena a buscar nuevas áreas de alimentación”.
Asimismo, Ocaña comenta que la tendencia natural del planeta es “el cambio y la extensión de los márgenes tropicales como ha sido durante una gran parte de la historia de nuestro planeta”.
Por otra parte, cita al científico coordinador del proyecto MIMAR, Rogelio Herrera, el cual explica en su estudio que “no es tan descabellado verlo por estas aguas porque, entre los diferentes cambios de temperatura que está teniendo el agua y que suelen viajar con túnidos, como por ejemplo atunes, porque en parte comen lo mismo, puede ser perfectamente plausible que pueda estar por aquí”.