Hombre educado, de talante conciliador, dialogante y con una gran pluma. Así era Antonio Bernal Roldán, de Ceuta, quien deja tras su reciente fallecimiento
en Algeciras un legado difícil de superar. Antonio Bernal Roldán nació en esta ciudad y ejerció funciones
como profesor en la antigua Escuela del Magisterio, posteriormente Facultad de Ciencias de la Educación. Durante muchos años fue
concejal del Ayuntamiento de Ceuta con anterioridad a la llegada de la democracia y entre sus metas alcanzadas está el haber logrado la creación de la Universidad Nacional de Eduación a Distancia y el Instituto de Idiomas, ambos nacidos a principios de la década de los setenta y cuyas sedes estaban en el edificio de la Residencia de la Juventud en pleno centro de la ciudad. Políticamente, Antonio Bernal Roldán comenzó militando en Acción por Ceuta, un partido localista de derecha que posteriormente, entre los años 78 y 79, se fusionó con la Federación de Partidos de Alianza Popular, encabezada por Manuel Fraga. A Bernal lo consideraban como un “fraguista de toda la vida” y siempre formó tándem con una persona que era de su entera confianza: Manuel de la Rubia. El partido lo dominó como presidente hasta principios del año 1987 cuando hubo un grupo encabezado por Jesús Fortes y Francisco Antonio González Pérez, que iban de la mano con Antonio Hernández Mancha, que en ese momento se hizo presidente de la formación. En el año 88 decidió abandonar la militancia en Alianza Popular y con la renovación
del Partido Popular dejó definitivamente la política.
Un reconocido profesor que sentó precedentes
“En 1969, dos jóvenes recién licenciados en Filosofía y Letras y docentes en activo se unen a las 28 personas que sentaron un precedente en la vida cultural, científica y social de la ciudad de Ceuta”
publicábamos en el Faro de Ceuta hace cuatro años al referirnos a un homenaje que desde el
Instituto de Estudios Ceutíes (IEC) se hacía a dos reconocidos profesores, uno de ellos precisamente Antonio Bernal y el otro Teodosio Vargas-Machuca. Para hablar del acto, que sería en la Biblioteca Pública del Estado, José Luis Gómez Barceló contó que tanto Bernal como Vargas-Machuca compartían estudios universitarios y carrera profesional. “Cuando se funda el IEC son dos profesores jóvenes, universitarios, que trabajaban en el ámbito formativo y cultural de la ciudad”, detallando que el primero llegó a ser director de la Escuela de Formación del Profesorado, mientras que el segundo dirigió
el Instituto Siete Colinas, y ambos fueron concejales en el Ayuntamiento de Ceuta tanto a finales del franquismo como a principios de la época democrática española. Como parte de su vida también hay que destacar su gran contribución con la Hermandad de San Antonio
del Monte Hacho, cuyos miembros lo recuerdan como el gran artífice de la
refundación de la cofradía, así como “persona clave en los años posteriores, reconociéndole la Hermandad con el Escudo de Oro”.