Hoy, 12 de agosto, se conmemora el Día Internacional de la Juventud, una fecha que, en teoría, debería ser un momento para reflexionar sobre los logros y avances en el bienestar juvenil. Sin embargo, en Ceuta, esta jornada se convierte en una ocasión para destacar una vez más que, seguimos enfrentando una realidad que deja mucho que desear.
En 2016, desde Jóvenes por la Dignidad ya denunciábamos que no había nada que celebrar debido a la falta de oportunidades laborales, la inseguridad económica y las deficiencias en la educación. Ahora, en 2024, debemos lamentablemente repetir ese mensaje. Los problemas que señalábamos entonces siguen sin resolverse, y las promesas de un futuro digitalizado no han traído consigo mejoras reales para los jóvenes de nuestra ciudad.
A pesar de los avances en tecnología y digitalización, la brecha entre el acceso a estas herramientas y la creación de oportunidades laborales dignas sigue sin cerrarse. Los discursos sobre modernización y progreso no pueden ocultar la falta de acciones concretas que realmente transformen la vida de los jóvenes ceutíes.
En lugar de celebrar, hoy debemos seguir denunciando la falta de avances y demandar un cambio genuino. Los jóvenes estamos cansados de promesas incumplidas.