Los jóvenes que migran a Europa son vistos primero como extranjeros y después como niños, situación que la ONG Save the Children quiere cambiar con el objetivo de conseguir en los ámbitos estatal y autonómico políticas que consideren a los menores extranjeros no acompañados ('menas') como sujetos de derechos específicos antes que como migrantes.
Las zonas fronterizas son las que asumen una mayor responsabilidad en esta materia y, según afirma en una entrevista con Efe el director general de Save the Children, Andrés Conde, en España "no hay una buena política de Estado" en cuanto a la corresponsabilidad de todos los territorios en la gestión de un fenómeno que considera "de todos".
Conde afirma que tendría que haber un planteamiento de Estado y no de comunidad autónoma para afrontar el problema de la inmigración, ya que es un fenómeno "complejo y costoso" y "no puede ser que cinco comunidades autónomas estén cargando con toda la responsabilidad".
España ha sido el país europeo con un mayor número de llegadas de migrantes durante el año 2018, a pesar de que la cifra ha sido la más baja de los últimos cinco años.
Sin embargo, según Conde, España "no está en la lista de los mejores países en este sentido", debido a que se incumplieron "deliberadamente y sin consecuencias" las cuotas de reubicación de refugiados, algo que no ocurrió en otros países como Alemania o Suecia, aunque España "ha sido capaz de dar una buena respuesta en términos de acogida y protección".
Actualmente, Euskadi tiene en su sistema de protección a alrededor de un millar de niños, llegados mayoritariamente a lo largo del año 2018, y es la cuarta comunidad autónoma, dentro del Estado Español, con un mayor número de menores extranjeros no acompañados, por detrás de Andalucía, Melilla y Cataluña.
Muchos migrantes eligen Euskadi con la intención de reunirse con personas de su familia o de sus comunidades de origen, además de ser un punto de paso hacia el norte de Europa.
Otro de los asuntos que preocupa a Save the Children es la "instrumentalización" y el uso de información "tóxica" por parte de los partidos políticos, ya que "el discurso tóxico y la información falsa discurre con enorme rapidez", además de producir rechazo hacia estos menores. Ante esto, la organización considera "muy importante" contestar la información con datos y evidencias "reales" de cuál es la situación.
El proceso de acogida de los jóvenes, que en su mayoría llegan desde el África subsahariana occidental, comienza a cargo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, para después realizar un proceso de identificación para determinar si es mayor o menor de edad.
En el caso de que se concluya que la persona es mayor de edad, pasa a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), mientras que si es declarada menor de edad pasa al sistema de protección de la comunidad autónoma a la que ha llegado.
Una vez instalados en los centros de menores, no están en un régimen de confinamiento, sino que se pueden mover con libertad. "Es lo que ocurre", afirma Conde, ya que los menores extranjeros "se van moviendo de unas comunidades a otras, reuniéndose con otros amigos, familiares o siguiendo su viaje migratorio que normalmente es hacia el norte, hacia Europa".
Conde afirma que los procesos de identificación son "muy precarios" y que es muy frecuente considerar a los niños como adultos, hecho que, según el director general de Save the Children, es una de las principales vulneraciones que les lleva a una situación de "absoluta desprotección", ya que una vez alcanzan la mayoría de edad deja de existir la responsabilidad de protegerlos y, debido a que la mayoría no tiene regularizada su situación administrativa ni ha tenido una formación específica, "el sistema les empuja a la exclusión social".
Además, los menores son "más susceptibles" de sufrir cualquier tipo de violencia -física, sexual, etc- o explotación, como por ejemplo de carácter económico, debido a que no están acompañados por ningún adulto, lo que lleva a que una de sus principales preocupaciones sea su seguridad, tanto jurídica como física.
Normalmente, su principal preocupación es seguir su viaje migratorio, debido a que muchos de estos menores tienen familia, amigos o demás personas de su comunidad de origen en países como Alemania, Francia, Holanda o Suecia.
Otra de las razones por la cual deciden emprender su viaje, y lo cual se convierte en su segunda principal preocupación, es poder trabajar "cuanto antes" para poder enviar recursos a sus familias, por lo que todo lo que interrumpa su acceso a una actividad retribuida es un problema para los menores
Niños serán entre comillas, porq un nene de 17años no es un niño, si de edad pero no de personalidad y maldad.
Donde tienen que estar esos niños son con sus padres,no tenemos obligación ninguna de acogerlos.
Y después, delincuentes.