El ambicioso proyecto de dar vida al Parque de Santa Catalina

Transformar un terreno muerto en otro que dé vida es un objetivo ambicioso, pero no imposible. Es, de hecho, el que persigue Tragsa, entidad a quien se le encomendó la regeneración y transformación del parque de Santa Catalina, en Ceuta.

En ello precisamente está, en recuperar el terreno para que, en el plazo máximo de una semana, puedan realizarse las plantaciones de semillas propias de un espacio que arrastra cuantiosas inversiones erráticas.

Lo que aspira a ser un auténtico parque antes era un vertedero. Tras su sellado se acometieron acciones equivocadas que buscan subsanarse actuando en dos fases distintas.

Tragsa trabaja ahora en una enmienda orgánica para mejorar las propiedades físicas del suelo, su actividad química o biológica, consiguiendo que permita fructificar las plantaciones que se lleven a cabo. Con anterioridad todas murieron al no contarse ni con una base rica ni ser las idóneas para el clima que se da en este lugar.

Para tal función se emplea un camión especializado dotado con un cañón que dispone de una bomba para hacer un proyectado.

Tal y como explica la Ciudad a El Faro, recopilando informaciones aportadas por Tragsa, sobre la tierra vegetal se ha echado ya el contenido de 450 bañeras, se han perfilado los taludes y dispuesto un sistema de riesgo por goteo tras la colocación de 44 kilómetros de esa tubería.

Así se ha echado la enmienda orgánica, un producto procedente de materiales carbonados de origen vegetal o animal con el que se aumenta y mantiene el contenido de materia orgánica del suelo.

Para elaborar la mezcla se han utilizado 988 balas de enmienda orgánica, lo que supone un total de 22.400 kilos aproximadamente. Esa mezcla lleva bioestimuladores de liberación sostenida y otros de acción rápida.

Con ese compuesto se busca que el suelo degradado se recupere. Así, un suelo que ha perdido toda la materia orgánica que tenía y que presentaba niveles de salinidad alta, puede quedar recuperado.

Plantación de especies propias del norte de África

En unos días, tras la finalización de estos trabajos, se hará la hidromanta, una mezcla de semillas que son características del norte de África, como hinojos marinos o limonio, para recuperar la zona.

Estos pasos, la culminación la red de riego soterrado, el aporte de tierra con una capa vegetal y nutrientes, y la siembra de semillas y especies arbóreas, conforman la primera fase del proyecto.

La segunda fase consistirá en definir los usos que se darán al espacio y que estarán enfocados al deporte.

La obra del parque tiene un presupuesto de 4 millones de euros, de los que 700.000 se dedicarán a mantenimiento repartidos en los años 2025 y 2026 y los 3,3 millones restantes se han invertido en realizar los drenajes del terreno, hacer los revestimientos o reforzar los muros de contención.

Así también se han instalado tuberías de riego para realizarlo por goteo y dispersión en todo el parque y se ha realizado el primer gran aporte de tierra de calidad, con más del 3% de materia orgánica.