Un grupo de 41 alumnos y educadores de la Red de Escuelas Jesuitas de Cataluña se encuentra actualmente viviendo la realidad de Ceuta. Llegados el pasado domingo y con estancia hasta el jueves, están realizando diversas actividades con varias asociaciones y entidades para conocer la ciudad autónoma.
Encuadrado dentro del proyecto ‘Frontera Sur’, el coordinador de la experiencia, Oriol Jiménez, explica que su objetivo es sensibilizar a los jóvenes sobre “la realidad migratoria y que reflexionen sobre ella”.
“La idea es venir a Ceuta y dejarse impactar por la realidad desde sus diferentes acentos, para que se vacíen de prejuicios y aceptarla tal y como es”, puntualiza.
Por esta razón, la primera actividad que realizaron nada más llegar a la ciudad fue “dar una vuelta por el barrio en el que nos quedamos”, en la zona de Juan Carlos I. Esa misma tarde estuvieron visitando el cementerio de Sidi Embarek, donde “un funcionario nos ha estado explicando que esta se trata de una ciudad de convivencia entre las cuatro culturas”, declara Jiménez.
Conocer de primera mano la realidad de Ceuta a través de las declaraciones de ciudadanos de a pie era otra de las actividades. Por ello que los alumnos fueron por el centro de la ciudad preguntándole a todas las personas su impresión sobre la situación migratoria.
También tuvieron un encuentro con miembros de la asociación Elín, en el que no solo tuvieron la oportunidad de saber la historia de varios de estos usuarios, sino que también buscaron “lo que compartimos”, expresa el coordinador de la experiencia mientras destaca que este hecho fue “muy bonito” ya que los alumnos pudieron entender que “todo el mundo te puede aportar muchísimo”.
El contexto fronterizo también ha sido tocado en esta iniciativa, ya que en la mañana del miércoles han visto la película ‘Adú’. Ya por la tarde tendrían la oportunidad de visitar la frontera in situ con la guía de un guardia civil “que nos realizará una reflexión sobre el papel del Cuerpo y sobre la frontera desde una manera humanitaria”.
Pero los verdaderos protagonistas de esta experiencia han sido los jóvenes, representados por Santiago, Bruno, Nora, Guillem, María del Blau y María, que han expresado cómo están viviendo esta estancia en la ciudad autónoma.
“Está siendo una experiencia muy enriquecedora, porque todas las actividades nos han dado mucho en lo que reflexionar”, declara Santiago.
“Es muy fácil juzgar algo que te queda lejos”, comenta Guillem dejando claro que “es necesario conocer lo que pasa con algo tan grave como los problemas de inmigración, hay que darse cuenta de lo que está pasando y verlo con tus propios ojos”.
María, por su parte, lamenta que “de alguna manera Ceuta no la tenemos como en cuenta y viniendo aquí podemos ponerle cara y ojos a los problemas e incluso hemos podido conocer a las personas que hay detrás de las historias de inmigración que podemos ver, como nos ocurrió ayer en ‘Elín’, a mí me ha cambiado un montón”.
María del Blau coincide con sus compañeros en que “antes opinaba con mucha facilidad sobre diferentes asuntos y ahora me he dado cuenta de que es todo es mucho más complicado y es necesario ver las cosas en primera persona y hablarlo en primera persona”.
“En la Península hablamos y juzgamos solo de lo que nos llega por los medios de comunicación, por eso creo que la experiencia nos ha aportado mucha visión que nos hacía falta para poder juzgar bien según nuestro criterio”, ha expuesto Nora.
Antes de venir a Ceuta, Bruno se preguntaba si habría “una sociedad polarizada o dividida por la inmigración”, aunque el planteamiento es que todas las culturas conviven sin ningún problema. “Me llevo una idea muy buena de Ceuta porque he descubierto cosas que no tenía en mente”, expresa.
Por todas esas experiencias vividas todos confiesan que se llevan una gran sensación de Ceuta, indicando que la ciudad autónoma es un ejemplo de convivencia entre todas las personas.