La idea encajaba a la perfección. La propuesta de cruzar el Estrecho para visitar Ceuta, aunque al principio le pareció una locura (sobre todo por lo económico), se logró casi en un abrir y cerrar de ojos. La granadina Ana María Blanco lleva seis años al frente de la Banda Municipal de
Música de Álora (Málaga) y sabía que, en este 2022, tenía que lograr que sus jóvenes músicos (la mayoría de la agrupación tiene entre 8 y 20 años) vivieran una experiencia inolvidable. “¿Y por qué no te los traes a Ceuta?”, le propuso Gabriel Vázquez, oriundo de Álora y músico militar en la ciudad autónoma desde 2013. El principal incentivo no podía ser otro: una visita guiada al Museo de La Legión. Y es que Álora está “super conectada con Ceuta” y ese vínculo es ‘La Despedía’, uno de los momentos estelares de cada Semana Santa. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2003, en ‘La Despedía’ de cada Viernes Santo
La Legión de acompaña a María Santísima de los Dolores Coronada desde hace cuatro décadas. Miles de personas inundan las calles. Es un día que se vive y siente con devoción desde la cuna. Y así fue que se armó el proyecto, se presentó al Ayuntamiento y este “que se ha portado de maravilla, con mayúsculas”, dio luz verde. Los músicos estuvieron buen rato dando saltos de alegría cuando se confirmó el viaje. Quizás una invitación a un parque de atracciones no habría tenido tan buena acogida… Se trataba de una visita que, para ellos, era mucho más que ir a dar un concierto a la plaza de los Reyes. “La cultura que ellos viven con tanta intensidad cuando La Legión visita Álora la querían ahora vivir de primera mano”, explica la directora de la agrupación. Destaca que desde que surgió la idea todo fueron facilidades. Primero por parte del Ayuntamiento (de hecho, los concejales Ana Sánchez, Francisco González y Juan Márquez también les acompañaron hasta Ceuta) y después desde la
Asociación Cultural Banda de Música ‘Ciudad de Ceuta’ cuyo director, Germán Bonitch, estuvo en contacto permanente para que el intercambio e integración entre los músicos fuera total.
“Para las bandas lo más importante no es realizar conciertos en su pueblo o provincia de forma individual, sino que
lo más bonito en la vida del músico es la conexión y convivencia con otras bandas”, valora Blanco, “es algo que con la pandemia habíamos perdido y había que reactivar porque aporta muchos valores educativos a los jóvenes, pues para ellos la música es un hobby que debemos alimentar”. Solo hubo que fijar una fecha y ensayar las mismas obras para deleitar, juntos, a quienes el último sábado aplaudieron su música desde las 20.30 horas en el centro de Ceuta. El repertorio fue acordado entre Blanco y Bonitch. Títulos como ‘Malagueña’, el ‘Sitio de Zaragoza’ o ‘Caballería Ligera’ formarían parte de la programación. “Cuando llegamos a Ceuta tuvimos un ensayo durante el mediodía”, detalla la directora de la Banda de Álora, “pero como unos y otros habíamos hecho bien la tarea encajó todo bastante bien”. Pero antes de ese ensayo, los músicos malagueños hicieron realidad su gran ilusión: recorrieron el
Museo de la Legión. Aún siendo día festivo en Ceuta por la Pascua del Sacrificio, y tras solicitar los correspondientes permisos, las puertas se abrieron en un recorrido que les dejó maravillados. “El cabo Barranquero, que nos atendió con mucho cariño, nos explicó con todo mimo y detalle”, asegura Blanco, “todos, jóvenes y mayores, salieron de ahí contentísimos”. La visita a Ceuta ya había merecido, para ellos, la pena aún sin saber que había mucho más por llegar y conocer.
Las fotografías del viaje, aunque fue de apenas 48 horas, se cuentan por cientos. Se han seleccionado, pero aún así el Ayuntamiento de Álora, a través de sus redes oficiales ha compartido más de cien, además de colgando una nota de prensa en su web resaltando el intercambio musical. “El domingo Servicios Turísticos de Ceuta nos puso un autobús y el guía, que ahora no recuerdo su nombre, pero le mando un saludo, nos explicó también de lo mejor”, cuenta la directora, “resaltaba mucho la diversidad de culturas y religiones y eso nos encantó”. Entre risas, cuenta como anécdota cómo los niños y niñas empezaron a dar vueltas a la ermita de San Antonio para cumplir con la tradición de pedir que el santo les consiga una buena pareja sentimental. “No sé, quizás alguno se nos quedó por ahí a ver si el santo le cumple el deseo”, bromea al otro lado del teléfono. Fue una visita muy especial donde la convivencia entre músicos fue, como debe ser, la prioridad. Más allá de la música, de los museos o de la rica comida. Desde Álora, Blanco lo resume así: “Lo importante de estos intercambios es tocar y, sobre todo, disfrutar, charlar, contarnos nuestras experiencias… porque cuando el instrumento suena el que tienes a tu lado es uno de los tuyos y todo fluye, como si le conocieras de toda la vida”. Ahora la siguiente pregunta por responder es: “¿Y cuándo nos vemos por Álora?”.