Insisten en solicitar la presencia de serenos y agentes a pie por las barriadas y exigen una mejor atención a sus llamadas.
La situación de la quema de coches en Ceuta está llegando a extremos insostenibles. El alto número de vehículos calcinados que se han registrado y la falta de soluciones aportadas tanto por las autoridades políticas como por las policiales hacen temer lo peor a buena parte de los vecinos de la ciudad, que creen que “la situación no va a mejorar porque se ha descontrolado”.
Paseando por las barriadas más azotadas por esta circunstancia el ambiente está enrarecido. Las claras diferencias entre lo que manifiestan los dirigentes y lo que se vive en las calles abren más la brecha entre el pueblo y los políticos. Por un lado está el delegado del Gobierno, que afirmó hace apenas un mes que el 90 por ciento de los coches quemados estaban abandonados y que con la entrada en funcionamiento de la nueva normativa de medio ambiente la situación se solucionaría. Por otro las palabras del jefe superior de la Policía, quien afirma que encontrar a los autores y solucionar estos casos es muy complicado y que sólo el 50 por ciento de los coches quemados están abandonados. Por último está la sensación de quienes viven en Ceuta, que es que se trata de actos vandálicos “completamente evitables” mediante la presencia de la Policía en las calles. Además, ellos afirman que ni la mitad de los coches quemados están abandonados, ya que dicen que quienes los quemas lo hacen porque antes le han quitado las piezas para venderlas.
Estando así la situación, la mirada se centra en la actuación de la Policía. Algunos vecinos les acusan de “permitir” que estos capítulos vandálicos se produzcan e incluso aseguran que “existen intereses en que haya zonas marginadas, porque así se reciben subvenciones”.
La queja más habitual entre quienes hablan con este medio es que “no hay agentes a pie de calle”. Una reivindicación que se lleva realizando desde hace muchos años y que no termina de cumplirse jamás a pesar de las promesas.
En Poblado Regulares pusieron en marcha un sistema de serenos durante diez días. Los propios vecinos vigilaban las calles y patrullaban para intentar impedir la comisión de actos vandálicos. Su actitud fue criticada desde diferentes entes, como la FPAV, e incluso les tacharon de “oportunistas” por coincidir esta medida con las elecciones. Ahora, pasados varios meses, anuncian que si vuelven a quemar algún coche en su zona “volveremos a salir a la calle. ¿A ver si ahora son capaces de tacharnos de oportunistas?”. Precisamente desde esta barriada se preguntan por qué el resto de asociaciones de vecinos y la federación no salen al paso y denuncian lo que está pasando en Ceuta. “Se limitan a decir que van a esperar lo que se diga en unas reuniones que nunca llegan y en las que siempre mienten”, afirman mientras denuncian la falta de atención de la Policía.