El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, efectuó ayer una visita al complejo cultural de la manzana del Revellín, en la que podría ser una de las últimas que se realizan antes de la inauguración del complejo el próximo jueves día 24, a fin de comprobar in situ el desarrollo de las obras. Unas obras que, al parecer, no fueron todo lo satisfactorias que el máximo responsable del Ejecutivo local esperaba encontrar. El motivo se hacía patente cuando Vivas subía hasta la zona del anfiteatro, conocida popularmente como el ‘gallinero’ y se sentaba en uno de los asientos, recientemente colocados, para comprobar la visión obtenida desde ese ángulo. Cual no sería su sorpresa cuando el propio presidente constató que la visión desde esa zona no era total y que el escenario se perdía parcialmente a la vista del espectador que ocupara ese sitio.
Según ha podido conocer este periódico, la nula visión afecta a unas cuantas decenas de asientos, debido a que el muro se sitúa a una altura que impide ver la totalidad del escenario, un problema añadido a la cuenta atrás de la obra, para cuya finalización ha sido necesario duplicar la plantilla en el último mes.
Solución
Ante el recién surgido problema, al parecer la solución podría radicar en elevar algunos centímetros los asientos, ejecución que deberá ponerse en marcha a la mayor brevedad posible a fin de que todo esté preparado para la gran inauguración de la próxima semana.
Por otra parte, el autor del complejo, Álvaro Siza, ha firmado ya el acta de recepción de la obra, con lo cual se culminan los últimos trámites para dar luz verde a la apertura de este complejo cultural.