Mochilas a la espalda, besos a los padres y muchos nervios. Comienza el primer día de clase. Muchas sonrisas y casi ninguna lágrima. La vuelta al cole está marcada en el calendario como un día muy especial, la del reencuentro con los compañeros. Alegría para los pequeños, y también para los mayores. Aunque no todos volvían de unas largas vacaciones con las mismas ganas.
La otra cara de esta vuelta a la rutina es la de los maestros, quienes se han encargado de organizar la correcta organización de los grupos.
Un largo curso en el que toca aclimatarse al cambio de horarios, abrir libros y volver a las obligaciones. Aunque esa es otra historia, hoy preferimos quedarnos únicamente con la ilusión de los alumnos.