El presidente del Gobierno ha dado algunas explicaciones más sobre el apagón que sufrió la España peninsular el lunes. Lo que ha quedado meridianamente claro, por ahora, es que no se trata de un ciberataque. Pedro Sánchez ha lanzado los primeros mensajes señalando directamente a las compañías eléctricas y es de suponer que tendrá argumentos sólidos que justifiquen esas advertencias y la petición de responsabilidades.
También ha avanzado que se creará una comisión de investigación para aclarar lo sucedido, de la que se supone que habrá conclusiones más pronto que tarde.
Lo más reseñable tras este incidente es que todo el país ha recuperado la normalidad y que las graves incidencias en los transportes y en las empresas se han resuelto. Si el Ejecutivo tiene claro que hay algún tipo de negligencia por parte de las operadoras del servicio de electricidad, debe aportar las pruebas que sustenten esta hipótesis, sobre todo para mandar un mensaje diáfano a la población sobre esta cuestión.
En cualquier caso, Red Eléctrica es una sociedad participada en la que lo público tiene un peso esencial, por lo que no vale sólo con apuntar al sector, sino que también se deben exigir explicaciones a quienes en esa entidad representan a todos los ciudadanos.
Sánchez no debe diluir el debate sólo en culpar a otros, sino cumplir con lo que ha prometido de que se van a tomar las medidas necesarias para que un apagón de estas dimensiones no vuelva a repetirse. Además, el presidente debe tomar nota de sus apariciones cuando el país estaba prácticamente paralizado
El regreso de la normalidad no puede difuminar la gravedad de lo ocurrido.