Hubo un tiempo en el que el Tarajal no era el desierto que se ve hoy en día. Un tiempo en el que los problemas se entremezclaban en un polígono repleto de naves activas cuyos empresarios tenían la encomienda de intentar solucionarlos. En aquella época los periodistas encontrábamos en la voz de uno de esos empresarios la siempre valiente crítica a lo que sucedía. Se llamaba Mohamed Ahmed Amar. Se llamaba porque él ha sido la última víctima del Covid-19 en Ceuta. Él ha sido el señalado como número 42 de esta pandemia mortal. Pero Mohamed era algo más que número, su historia no se puede ir convertida en una mera cifra, en una estadística.
Elegido presidente de la comunidad de propietarios del polígono, Mohamed entregó su vida a uno de los lugares de mayor presión de los habidos en Ceuta. En épocas de avalanchas, de conflictos constantes y de problemas complicados de resolver, ahí estaba el rostro de este hombre que aparecía por las calles de los polígonos siempre dispuesto a intentar buscar esas soluciones imposibles en un lugar complejo. Fueron tiempos muy difíciles, tiempos de jornadas interminables, de días en los que no se miraba el reloj, de tensiones acumuladas que requerían de personas que supieran manejar toda esa especie de mundo caótico al que se le podía buscar cierto orden.
Mohamed era uno de los que siempre daba la cara, de los que se ponía delante de un micrófono o ante las cámaras para denunciar lo que pasaba en el polígono, para llevar la voz de los empresarios de las naves a los foros políticos donde debía escucharse. Sus sobrinos, con cariño, le llamaban tito Clemente. Mohamed deja a su esposa Sora y a sus hijas Mallda, Samira y Yasmina el recuerdo de lo que fue, de la lucha constante y de la voz permanentemente crítica para salir adelante en defensa de un negocio nacido en un lugar complejo, sometido a una frontera demasiado cambiante. Deja también 7 nietos.
Mohamed siempre fue un hombre sencillo, cercano a los medios que buscaban en él conocer sus opiniones sobre el siempre cambiante negocio fronterizo. Humilde, nunca dijo que no a comparecer; hombre hecho así mismo, lideró junto a otros empresarios de la época las mesas de diálogo con los distintos delegados del Gobierno. De unos años hacia acá poco se sabía de él hasta que este jueves el Covid-19 terminó matándolo, después de permanecer solo unos pocos días en el HUCE. La familia, consternada, ha perdido a un auténtico luchador. Desde El Faro, a cuyos periodistas siempre atendió con cariño, llegando a ser uña y carne con varios de los que o siguen estando en esta Casa o pasaron por aquí temporalmente, se transmite las condolencias a todos sus seres cercanos que hoy deben sufrir la pérdida irreparable de esta persona, de alguien que fue más que un número oficial.
Gran persona, lo conocía desde los años de E.G.B. Mi más sentido pésame a toda su familia y amigos D.E.P. Mohamed
Era una persona maravillosa,un padre de familia ejemplar y un vecino noble siempre dispuesto ayudar a los demás .
Mi más sentido pésame a toda su familia y en paz descanses vecino . Inna lillahi wa inna ileyhi rayium
MOHAMED TE RECORDAREMOS SIEMPRE COMO UN BUEN AMIGO. CONCILIADOR, ACTIVO Y CON GANAS DE RESOLVER LOS PROBLEMAS. DESCANSE EN PAZ
Descanse En Paz, somos de Dios y a Él retornamos.