El Ministerio Fiscal solicitó que se le impusiera pena de un año de prisión y cinco años de alejamiento de su ex esposa, tiempo que se suma a la orden de dos años que ya tenía, y que finaliza el próximo 12 de enero.
Por su parte, la defensa pidió la libre absolución en base a que, según su punto de vista, no se habían demostrado pruebas en el acto del plenario así como a las confusas y contradictorias versiones mantenidas por la acusación, haciendo especial hincapié en fechas, horarios y lugares referidos.
Los hechos por los que el hombre, cuyas inciales son A.M.B., se sentaba en el banquillo de los acusados se produjeron el día seis de mayo de este mismo año, sobre las 10:30 horas, en la plaza contigua al Mercado Central o en la planta superior del propio mercado, dado que la denunciante no dejó meridianamente claro el lugar exacto.
Según mantuvo la acusación, el hombre habría abordado a su ex mujer, de la que lleva separado diez años, en tono amenazante e insultándola de manera silenciosa pero continuada, hasta que la mujer pudo acceder a un autobús de regreso a casa.
Ante tal relato de los hechos, el acusado se mostró tajante a la hora de negarlo y aseguró que jamás había amenazado a su ex-pareja, haberla vejado, insultado o tratado de forma violenta en ninguna ocasión, reconociendo que, pese a la orden de alejamiento, sí había vuelto a ver a su ex mujer, en la calle y de manera fortuita, circunstancia que concluía porque, según dijo, se marchaba inmediatamemte en dirección opuesta al rumbo tomado por la mujer.