El colegio de enfermeras y SATSE dieron la enhorabuena a la implantación de la acreditación a estas sanitarias de Ceuta para dispensar y recetar medicamentos con prescripción.
Una celebración que se queda a medias. Aún no pueden entregar los fármacos estipulados en las guías publicadas en el BOE a diferencia de otras compañeras en otras comunidades autónomas. Estos documentos versan sobre el uso, indicación y autorización de dispensación de medicamentos por parte de enfermeras. Varias mujeres que trabajan en el área de salud de Ceuta junto con Elisabeth Muñoz, secretaria de SATSE en la ciudad, así lo corroboran. Solo pueden aquellos que no requieren de la prescripción de un médico.
“Muchas hemos tenido que hacer un curso para poder recetarlos, pero no está en vigor. Lo tenemos ahí, viene de Madrid, estamos acreditadas”, explica una de ellas. Ello supone, según señalan, una falta de apoyo jurídico en el ejercicio de su labor.
“Lo más importante es esta garantía legal a la enfermería en su día a día”, indica la secretaria del sindicato. No hay exactamente “algo nuevo”. Se trata más bien de un respaldo para las profesionales ya que, actualmente, este equipo humano ya trabaja con cierta independencia.
“La enfermera antes iba a valorar a un paciente encamado y él tenía que estar esperando a que el médico recete, por ejemplo, unas cremas. Esta medida hace que no sea necesario, lo hace la sanitaria y así el usuario no tiene que dar vueltas”, comenta.
A su vez, la instalación de este protocolo supone, por tanto, una mejora para las personas que ingresan en el hospital o acuden a un centro de salud. “Lo que fundamentalmente aporta es ahorro de tiempo y a la enfermería le da seguridad jurídica”, manifiesta.
Ante la situación, se ha consultado información a Ingesa. El instituto ha respondido que es responsabilidad del Ministerio de Sanidad, entidad que ha atendido la solicitud de El Faro.
La cartera a cargo de Mónica García, ha explicado que, el área sanitaria de Ceuta “ha adaptado sus sistemas de información para permitir la emisión de las órdenes de dispensación enfermera” y que quienes cuenten con autorización pueden ejercer esta labor.
Sin embargo, indican que materializar estas medidas van a un ritmo ralentizado por “la complejidad” de estos operadores de datos citados anteriormente. “Están entre ellos las aplicaciones de las farmacias y la integración de los mismos”.
Ello “hace necesario un despliegue pausado y prudente de cara a garantizar la seguridad clínica de los pacientes”, indican. “El arranque y puesta en marcha de este tipo de aplicaciones obliga a observar, detectar y proponer soluciones a las diferentes y a veces complejas incidencias que se van detectando en el despliegue de este tipo de funcionalidades”, señalan.
A ello hay que sumar que, estos permisos, se conceden de forma escalonada y se encuentran en el primer nivel hasta llegar al segundo. “Electrónicamente solo se ha activado las órdenes del grado básico”, manifiestan. Ello se traduce a que, de momento, las enfermeras solo pueden dispensar fármacos sin receta médica, que son los que comprende este primer nivel.
Asimismo, aún está por introducirse una guía de práctica clínica y asistencial. “Esta debe ser validada por la Dirección General de Salud Pública, una vez examinado el texto concreto y al considerar que su contenido es adecuado y suficiente”, detallan.
Achacan que todavía no puedan entregar y recetar medicamentos con prescripción por la “complejidad” de la elaboración de este documento para orientar al personal que “necesita tanto de la implicación de los facultativos como la adaptación de los protocolos de indicación concretos por los equipos de Atención Primaria y Hospitalaria” así como la adaptación de forma electrónica “de los procesos para evitar incidencias”, destacan.
Las enfermeras de Ceuta aún quedan a la espera de dispensar y prescribir medicamentos que así lo requieran, una medida que genera cierto debate y disonancias entre las sanitarias.
Las cinco enfermeras a las que se les ha preguntado sobre esta cuestión manifiestan opiniones diferentes en torno a estas guías impulsadas por el Gobierno. Parte de ellas, tres, están de acuerdo con la implantación de protocolos.
Las dos restantes no están conformes con este asunto ya que, consideran, que esto solo acarrea más trabajo. Ambas aseguran que están “saturadas” y que ello sería un flaco favor. “Me parece una carga más para la enfermería cuando es cosa de medicina”, expresa una de ellas. La otra se muestra reticente. “Veo muy bien que la enfermería avance, pero por lo menos aquí en Ceuta tenemos un volumen bestial. Encima para añadirnos más”.
Ante esta valoración está, en el lado opuesto, otras tres sanitarias que consideran como positivas estas guías. Aun así, una de ellas critica esta decisión. “Me parece que la medida era para callarnos la boca porque la misma medicación que puede pedir una persona en la calle es la que podemos prescribir”.
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