Ya lo advertían los sanitarios. Cuando la pandemia normalice algo sus datos, nos daremos cuenta de cómo ha afectado a la continuidad de tratamientos, a las consultas de especialistas y a la importancia de anticiparse todo lo posible a los diagnósticos. Y no solo eso, también intervenciones quirúrgicas.
Ayer, Comisiones Obreras apuntaba a que el tiempo medio de espera para una consulta está en dos meses. Nada menos que 60 días.
Los datos del Ministerio de Sanidad, según el sindicato, muestran el deterioro que ha tenido el sistema sanitario, deterioro que afecta, sobre todo a la ciudadanía, eso sin contar con el casi colapso que ha sufrido la Atención Primaria que, según indica CCOO, mantiene ocultos numerosos diagnósticos y derivaciones aún pendientes.
Anulación de consultas, retrasos masivos en diagnósticos, hechos que no sólo deben de señalar a la pandemia como causante principal de los mismos, aunque es el motivo principal que hace que nuestro sistema sanitario, en el entorno local, se resienta de toda la situación.
Pero el Sistema Nacional de Salud (SNS) cuenta con algunos problemas que más allá de tener una aspiración de solucionarse, conforme pasa el tiempo se encaminan a cronificarse. Uno de los más claros es el de las listas de espera, tanto las quirúrgicas como las de pruebas diagnósticas o de consultas externas.
Los continuos aumentos que sufren estos listados se han visto agravados de forma evidente durante la pandemia del coronavirus, algo que ha movilizado al sector y a las distintas fuerzas sindicales al considerar necesario un abordaje urgente de la situación. Una situación que nos afecta a todos.