La Ciudad tiene que empezar a tomarse en serio la dejación absoluta de funciones que se está cometiendo con los animales abandonados. Se está dejando en las conciencias de quienes se encuentran perros o gatos su recogida y cuidado. Es decir, la administración se lava las manos a costa de que haya personas que son incapaces de mirar hacia otro lado. Y se lava las manos porque nunca ha querido profesionalizar como se debe la recogida de estos animales y su guarda en espacios que deben ser lo suficientemente amplios para acoger a todos. Tampoco se implica en el castigo, en la persecución a quienes incurren en ese maltrato porque el abandono lo es, como también el tener animales sin control, sin cuidados que terminan como terminan.
Las campañas de esterilización de gatos no funcionan como deben, lo que se traduce en camadas, en aumento de mininos callejeros y en la imposibilidad de que sean atendidos con dignidad. Pero no pasa nada, ya hay personas que dedican su escaso tiempo libre a llenar el vacío de la administración.
La tenencia de perros en malas condiciones, su maltrato y abandono tampoco se castiga, como tampoco se dispone de un servicio adecuado de recogida y acogida en unas instalaciones en las que se les dé la protección debida. Si no las tienen deben hacer lo posible por buscar de urgencia espacio e implicarse en adopciones responsables. Lo debe hacer porque es su obligación. Lo que no se puede permitir por más tiempo es la descarga de sus competencias sobre las espaldas de los demás, que es lo que ahora sucede. No se puede permitir porque, primero, están incurriendo en una dejación de funciones y, segundo, están generando una sobrecarga en ciudadanos cansados con situaciones como la que le contamos hoy de una ceutí que no pudo pasar de largo ante la presencia de un perro abandonado y en mal estado, lo recogió y ha estado 48 horas con el animal en su coche porque nadie le atendía.
Totalmente de acuerdo, y endurecimiento de penas de verdad, nada de multas, cárcel. Saludos.
MUY BIEN DICHO