Me refiero a la candidata y al candidato a rector de la Universidad de Granada. Las elecciones se celebrarán el próximo 27 de mayo. La importancia de las mismas en estos momentos es crucial. Para la Universidad de Granada, en general, y para los Campus de Ceuta y Melilla, en particular. El escenario de crisis económica en el que seguimos inmersos, junto a los recortes que se han efectuado en el sector de la enseñanza universitaria, son las razones principales. Pero también, las especiales circunstancias por las que atraviesa esta enseñanza en Ceuta. Hace unos días leí, con gran satisfacción, un artículo del profesor Fernando Trujillo titulado “La universidad como factor de resiliencia territorial: reflexiones sobre Ceuta en la UGR” (
http://fernandotrujillo.es/la-universidad-como-factor-de-resiliencia-territorial-reflexiones-sobre-ceuta-en-la-ugr/). Fernando, además de buen amigo, es uno de los profesores de nuestro Campus de más prestigio y experiencia docente, solvencia investigadora y proyección exterior. Durante mucho tiempo fue nuestro vicedecano de investigación. Pero además es una persona que está al día en las últimas tendencias en nuevas tecnologías y un apasionado del emprendimiento universitario. Por tanto, es un auténtico conocedor de lo que debe ser una Universidad en la actualidad. Sus opiniones deberían ser muy tenidas en cuenta por nuestros candidatos.
De sus reflexiones me han llamado la atención varias cuestiones. Una de ellas es el concepto de resiliencia territorial. Para él, la universidad y sus gentes pueden ser un factor clave de resiliencia en sus territorios. Por ello, nos dice, “…la Universidad de Granada tiene un compromiso con Ceuta, en la misma medida que Ceuta tiene un compromiso con la Universidad de Granada”. A partir de esta importante premisa, construye todo su discurso posterior, que divide en tres partes. Lo que puede ofrecer Ceuta a la Universidad de Granada. Lo que puede esperar Ceuta de la Universidad de Granada. Los servicios que debería tener nuestro Campus y que no tiene.
Si ponemos lo anterior en relación con lo que debe ser la función de la Universidad moderna, que Wilhelm von Humboldt sintetizó en la dualidad docencia e investigación, y que Ortega completó con la dimensión cultural; y a esto le añadimos el concepto desarrollado por Smilor, Dietrich y Gibson en 1993, de “Universidad emprendedora”, que más adelante relacionaron con la denominada Tercera Misión de la Universidad, para así resaltar las actividades de investigación, transferencia del conocimiento y una orientación favorable al desarrollo económico regional, podremos comprender el mensaje del profesor Trujillo en toda su amplitud.
Concretando para nuestro Campus, y en la línea de lo que ya he escrito con anterioridad (
http://elfarodigital.es/blogs/142659-ideas-para-un-campus-universitario-de-calidad.htm), yo lo sintetizaría en tres ideas fuerza.
Marco jurídico. Es importante que se clarifique, de una vez por todas, nuestro encaje jurídico y presupuestario en las instituciones educativas nacionales y autonómicas. A estos efectos, existe un “Protocolo General sobre las Competencias de la Administración General del Estado y la Junta de Andalucía”, que hace quince años firmaron el entonces Ministro de Educación y Cultura (el actual presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy), el consejero de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía y el rector de la Universidad de Granada, en donde se clarificaban las competencias y responsabilidades de cada uno. Este protocolo no se ha renovado, ni actualizado. Su puesta al día es fundamental en estos momentos. Esto nos abrirá la puerta a nuevas titulaciones, mayor número de alumnos y otra perspectiva en los estudios de postgrado.
Marco institucional y administrativo. La figura del delegado del rector, o una delegación de la Fundación General Empresa Universidad de Granada son importantes. Y no menos significativa es la constitución, de una vez, de la Facultad de Ciencias de la Salud, con arreglo a los procedimientos legalmente establecidos. Por último, consideramos de vital importancia que se posibiliten los traslados entre Campus de aquellos profesores de la UGR que quieren irse de Ceuta, que los hay; o de aquellos que quieren venir a Ceuta a ejercer su actividad, que también los hay. Esto, y no proponer que se obligue a permanecer en los Campus cinco años, es lo esencial, pues no hay nada más letal para un centro, como contar con personal en su plantilla que está a disgusto en el mismo.
Marco académico. Esta es la parte más interesante. Evidentemente existen importantes carencias de personal con una situación laboral estable. Quizás esto sea una de las causas de que no contemos, por ejemplo, con ningún catedrático de Universidad en nuestra plantilla. Las enseñanzas de Grado, también están necesitadas de una actualización y adaptación a nuestra situación real. En esto, la coordinación con la UNED debería ser muy importante. La reestructuración de estos estudios, junto a la de los másteres oficiales, será primordial para nuestro desarrollo futuro. Al igual que las visitas y estancias de profesores internacionales, o la organización de actividades y jornadas científicas, o de formación. Sólo se necesita un plan concreto que aborde nuestras especiales circunstancias.
Concluyendo. Las enseñanzas universitarias en Ceuta están necesitadas de una renovación y actualización. Los candidatos a rector de la Universidad de Granada tienen la oportunidad de convencernos de por qué hemos de votarles, incluyendo en sus programas un apartado específico dedicado a nuestro Campus.