Son la viva imagen de la desesperación. Estos 56 hombres procedentes de diferentes países del sur de Asia permanecen atrapados casi un año en Ceuta. Su único anhelo es poder cruzar el Estrecho, una salida que, señalan, para otros es muy fácil pero ellos nunca llegan a ver.
Manifiestan que en el CETI se encuentran bien, pero esa no esa la solución. El largo viaje que emprendieron fue por un motivo: sobrevivir y encontrar un futuro para ellos y sus familias.
Este bloqueo está forzado para evitar la reactivación de la vía asiática, según el Ministerio de Interior. Se ordena la ralentización de los traslados para evitar ese “efecto llamada”, sin embargo, explican que son el colectivo menos masivo y que no se encuentran en situación de igualdad.