Ingesa ha realizado con éxito la colocación de 4 nuevas bombas de insulina a menores de Ceuta con edades comprendidas entre 8 y 12 años gracias a la labor de un equipo multidisciplinario conformado por tres pediatras y una enfermera educadora en diabetes.
Ingesa explica que viene colocando bombas de insulina a menores desde el año 2021.
La preparación de los menores y sus familias fue meticulosa, dedicándose varias semanas a su formación para garantizar el uso correcto del dispositivo. El equipo médico y de enfermería mantiene un seguimiento continuo y estrecho después de la implantación.
¿Qué es la bomba de insulina?
La bomba de insulina es un dispositivo del tamaño de un teléfono móvil que administra insulina de forma continua, compuesto por un infusor y un catéter de conexión.
La programación de la microcomputadora permite la infusión de insulina durante las 24 horas del día. El catéter de conexión, un tubo de plástico, conecta la bomba con el tejido subcutáneo, depositando así la insulina.
Ingesa, comprometido con el cuidado y bienestar de los menores, continuará implementando tecnologías avanzadas para mejorar la calidad de vida de los pacientes con diabetes.
La prescripción de una bomba de insulina es recomendada para personas diabéticas con niveles elevados de hemoglobina glicada (HbA1c) en sangre no corregidos con métodos convencionales de tratamiento con insulina y MCG, así como para aquellos que padecen frecuentes y severas oscilaciones en sus niveles de glucosa.
La lucha de las madres por conseguir medios
La asociación de familiares con diabetes ha denunciado en varias ocasiones la escasez de medios con respecto a esta afección. Cosa que no ocurre en el caso de las bombas de insulina, que se van facilitando mediante conexión informativa con los centros de referencia sanitarios y a requerimiento del especialista.
Los afectados denunciaron no solo la escasez de los sensores de glucosa sino en varias ocasiones la mala calidad de los dispositivos, forzando la actuación rápida del Ingesa para ir solventando las quejas.
Es una lacra a la que miles de menores pudieran estar expuestos a una de las enfermedades más mortíferas por ser la más silenciosa y letal.
Recomendaría a cualquier padre una analítica a sus hijos, sobre todo, si en la familia hay ( hubieron) diabéticos tipo I ( insulinodependientes) o tipo II ( a base de pastillas) como ha sido mi caso.
Por otra parte, esta asociación debe velar que todas las actuaciones preventivas y todos los sistemas que mejoren la calidad de vida los pacientes, lleguen a las familias más humildes, puesto que la información se pierde por el camino.