Durante estos días estamos asistiendo a las visitas que las cúpulas empresariales de Ceuta y Melilla han tenido a cada una de las dos ciudades. Primero, fue la CEME, con Enrique Alcoba a la cabeza, quienes estuvieron en Ceuta y se entrevistaron con el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas.
Al comienzo de esta semana ha sido en dirección contraria, cuando los empresarios de Ceuta, encabezados por Arantxa Campos, presidenta de la CECE y Karim Bulaix, presidente de la Cámara de Comercio, Industria, Navegación y Servicios, los que se han desplazados a Melilla para reunirse, tanto con el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda y la delegada del Gobierno, Sabrina Moh.
Resulta que el objetivo primordial de todos estos cambios de impresiones es el análisis del nuevo sistema de bonificaciones que se pusieron en marcha a comienzo del pasado mes de septiembre y que se ha demostrado que son perjudiciales para los dos territorios.
Perjudiciales para el sistema económico, perjudiciales para los empresarios, perjudiciales para los trabajadores y, en definitiva, perjudiciales para todos los ciudadanos de Ceuta.
Lo que me parece mal es que la postura de los socialistas en Ceuta y de los socialistas en Melilla sean totalmente diferentes. Es algo que no se entiende. Leyendo las declaraciones de Sabrina Moh para los medios de comunicación, con anterioridad a la reunión con los dirigentes empresariales de las dos ciudades, no se mojó en absoluto. No se ofreció para nada en ser interlocutora en Madrid para procurar un cambio de opinión por parte del Gobierno.
No olvidemos que gran parte de culpa en este cambio de las bonificaciones, no solamente la tiene el Ministerio cuyo máximo responsable es Escrivá, sino también el departamento ministerial de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno. Ya sabemos el cariño que Podemos y, ahora Sumar, tiene a ceutíes y melillenses.
Pero volvamos a las posiciones de los socialistas melillenses. Mientras que en Ceuta se ha logrado la unidad de partidos políticos, incluídos los socialistas, además de los sindicatos y empresarios para oponerse a las nuevas formulaciones de las bonificaciones, en Melilla no ocurre lo mismo como ya han manifestado los propios empresarios.
Hay que felicitar a los socialistas ceutíes porque resulta que han demostrado que para ellos es más importantes su ciudad que su partido, pero la verdad es que el PSOE lleva una racha con Ceuta y Melilla que no se aclaran: la aduana comercial lleva ya un retraso de meses y no parece que la ‘hoja de ruta’ se cumpla ni a medio ni a largo plazo; las inversiones previstas en el Plan territorial para las dos comunidades ni están ni se las esperan por el momento y en el caso de las bonificaciones, resulta que la decisión adoptada para un nuevo sistema repercuten, de manera negativa, como admiten instituciones, empresarios y sindicatos de Ceuta y una buena parte de Melilla.
Por lo tanto, unas reclamaciones a los socialistas melillenses: que al igual que sus homólogos ceutíes no piensen en Pedro Sánchez sino en sus vecinos. Ceuta y Melilla son dos ciudades que cuentan con muchos problemas, que tienen dificultades para mejorar en sus condiciones y que necesitan que la Administración General del Estado esté de su lado, no que le pongan el pie en el cuello.