El responsable de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos del Gobierno de Ceuta, Alejandro Ramírez, ha asegurado este lunes en el Pleno a Ceuta Ya! que el impacto visual de las franjas de luz colocadas en el suelo de los pasos de cebra tras la renovación de la red semafórica se va a “corregir” para instalar, de acuerdo con el CERMI, otras con menos potencia.
En relación con las señales acústicas, el miembro del Ejecutivo local ha recordado que, como en otras ciudades de España, se ha optado por que las mismas no suenen constantemente para no generar contaminación en vano, sino solamente cuando las personas con alguna discapacidad se acercan con sus teléfonos móviles a los mismos una vez incluida una clave que facilita la ONCE.
La diputada autonomista Julia Ferreras ha criticado que “más de la mitad” de los nuevos semáforos no tienen operativo ese sistema. “De nada sirve dotarnos de los equipamientos más caros y bonitos si no están dotados de instrumentos que faciliten la vida de la gente”, ha protestado tras aludir también a la existencia de una “brecha digital” que lastra el acceso al uso de esta tecnología a personas sin celulares o que no tengan Bluetooth de última generación.
Ramírez ha negado que los sonidos bajo demanda para invidentes se hayan activado “el pasado fin de semana” y ha rechazado que se puedan plantear alternativas como apagar las señales acústicas de noche, ya que “vetaríamos a determinadas personas con discapacidad visual la posibilidad de transitar de madrugada”.
Semáforos con pulsador
La Ciudad sacó a concurso la instalación de nuevos semáforos que no había a las intersecciones entre la calle Teniente José Olmo y el paseo del Revellín (el único que finalmente se ha decidido no poner en funcionamiento); entre la carretera de Benítez y la de Montesa; y en la avenida González Tablas (con pulsador).
Igualmente se contrató la renovación de la red en otros quince cruces: el ubicado junto a la catedral en Martínez Catena y Luis López Anglada (con pulsador); el de Independencia con Goñalons y Navarro Acuña; el de entrada a la Gran Vía; el de la plaza de la Constitución; los cuatro de la Marina Española; el de San Juan de Dios; el de Enrique el Navegante y la N-352; el de la frontera y los de playa Benítez, entrada y mezquita de Benzú y La Almadraba.
La adjudicataria del trabajo de renovación de la red semafórica ha instalado casi 200 unidades de pavimento interactivo en las intersecciones de acera y calzada de tráfico rodado para “delimitar visualmente la zona de espera peatonal”. Estos dispositivos alertan a los peatones que caminan con la atención puesta en sus teléfonos móviles, ya que se intercalan los colores rojo y verde a la vez que el semáforo. En paralelo, en la calzada se tenían colocar 152 balizas luminosas en la zona inmediatamente anterior al paso de peatones intercalando los colores rojo y blanco al mismo tiempo que los pórticos y columnas de los semáforos.
Las franjas de luz de marina duraron dos días porque asfaltaron la calle después de haberlas puesto. Más bien parece haber sido un nueva falta de coordinación, una de tantas, en las que el dinero público se va a la 💩