Durante estos días estamos publicando la situación, más bien vergonzante, de la única ambulancia medicalizada de las que disponemos en nuestra ciudad. Esa denuncia púbica ha sido reconocida por el propio Ingesa, intentando minimizar que ese vehículo, perteneciente a la empresa adjudicataria del servicio, no ha pasado la revisión anual que realiza la Consejería de Sanidad, Servicios Sociales, Menores e Igualdad. No es de recibo que nada más que contemos con una ambulancia mediatizada en el 061, sin que haya ningún tipo de respuesta porque la otra lleva varios meses arreglándose en la Península, sin que se conozca la fecha de incorporación. Se ha intentado de alguna manera desviar la atención en relación sobre el estado del vehículo, del que los propios conductores de la empresa tienen miedo a llevarlo, cuando resulta que la inspección de Sanidad, que no ha sido superada, no se encarga para nada de los aspectos mecánicos de la ambulancia, sino de la situación sanitaria del propio vehículo. En una ciudad que cuenta con un hospital supermoderno no es normal que el 061 esté bajo mínimos en cuanto a la prestación de los servicios, pero la culpa es tanto de la empresa que no cumple con el pliego de condiciones que tiene establecido, como del Ingesa que tampoco se preocupa mucho de vigilar que la empresa cumpla con lo acordado y por lo que cobra puntualmente.